En cuanto estuvieron todos los amigos, empezaron a repartir botellas y vasos de plástico, donde mezclamos refrescos con alcohol. Fue un auténtico botellón sexual.
Yo me sentía vulnerable al haber sido rechazada y traté de olvidarme de todo bebiendo. Pero aquella noche algo nos pasó a todos. Lo mismo que hacía yo, hacían todos los demás. Acabamos siendo un grupo de unos diez, borrachos completamente, en una actitud muy liberal. Por supuesto, en el parque, habían otros grupos, pero en aquella ocasión también estaban bebiendo la mayoría.
Al rato dijimos de hacer algo juntos. Como éramos casi igual de chicos que de chicas, decidimos jugar a la botella. Incluso había una amiga con novio, pero sin el novio, que al principio dijo de participar sólo dando besos en la cara, pero acabó liándose como todos los demás. Nos enrollamos todos con todos en una especie de orgía suave. Notaba como los chicos, al darme el beso, intentaban sobarme, pero en aquel momento no me importó. Sólo me preocupaba de beber, divertirme y, por qué no, pillar cacho. Había un par de amigos que no nos solían gustar, pero esa noche los tratamos igual que a los que sí nos gustaban.
Después de jugar a la botella, como me había liado con casi todos, muchos me insistían en llevarme a un lugar apartado. No me hice la estrecha y fui. Primero con uno. Nos sentamos en un banco apartado y allí nos liamos y nos metimos mano. Pero enseguida llegaron amigos viendo que hacíamos y lo dejamos. A los pocos minutos me encontraba en otro banco con otro chico, haciendo lo mismo. Estuve con éste un rato, hasta que dijo de volver con los amigos. Así que volvimos.
Estaba con todos cuando llegó mi ex. Lo cierto era que había pretendido hacerle daño, pero me dio rabia que no me encontrara con ninguno. Entonces cogí y me empecé a liar con el que tenía enfrente, que por cierto me había dado un beso jugando a la botella pero no era de los que me había llevado a solas. El chico, notando mis labios en sus labios, se quedó flipando y cortado. Cuando me separé de él, no trató de seguirme, pero como mi ex ya se había ido a otra parte, no me importó. Entonces busqué a los dos con los que me había liado antes y nos tumbamos en el césped donde me lié con ambos a la vez, mientras mi ex pasaba por enfrente. Me lo pasé genial. Estaba tumbada sobre uno, dándome el lote, cuando giraba sobre mí misma para quedarme justo encima del otro, que me esperaba ansioso.
Había una chica que se estaba liando con todos y todas. Se lió con los dos chicos con los que yo estaba. Me entró la cosilla y le dije que yo también quería. Y la chica vino y me dio un buen beso húmedo, que me encantó. A ella no le importaba que le dijeran bollera o suelta, en cambio a mí sí y desde entonces comentaron que me iba todo. Cosa que no es verdad porque me van los chicos y las pollas, jeje. Las chicas no. En aquella ocasión fue por la tontería del «yo también quiero» y por supuesto por la borrachera que llevaba encima.
Ya era hora de retirarse y la gente se fue con amigos que tenían coche. Yo tenía que retirarme con mis amigas, pero no sé qué pasó (bueno sí, que me puse a mear jeje), que me entretuve con uno de los chicos y cuando me quise dar cuenta ya se habían ido. Como habían dicho de regresar caminando, pregunté a la gente por donde habían ido. Iba detrás de ellas por un callejón cuando pasó uno con un coche. También le pregunté a él, pero pasó algo muy rápido. Primero pareció seducirme, me agarró de la cintura y me besó en el cuello. A continuación me hizo un movimiento brusco, arrancándome el bolso y tirándome al suelo. Cuando me quise levantar ya se había ido con mi bolso.
Me quise morir. Ya no porque perdiese cosas de valor, más bien porque me había descontrolado hasta acabar fatal. Tal y cómo iba era cuestión de suerte acabar de ésta o otra manera. Además, el golpe que me dio fue fuerte y me dejó secuelas. Tarde un par de semanas a volver a salir de casa y decidí no volver a beber más de una manera tan alocada.
Tardé un tiempo en volver a quedar con chicos y fue por una situación del pasado: Atrapada por el recuerdo.