A pesar de estar un par de meses sin mi ex, la herida que me había causado no cicatrizaba. Un día, navegando por Internet, mediante una amiga, contacté con un amigo suyo. Os cuento cómo fue esta aventura sexual en la que estuve calentando por despecho.
Fue un poco raro porque mi amiga le pasó mi Messenger diciéndole que buscaba un chico para rollo, lo cual era verdad, no me sentía preparada para retomar una relación, pero después del fin de semana que tuve, estaba deseando tener nuevas experiencias. Entonces vi la oportunidad de hacer daño a mi ex, lo cual me pareció adecuado a cambio del dolor que me había causado.
Quedé con él y enseguida estábamos liándonos. Sus besos no me agradaron demasiado. Dejaba sus labios quietos y tenía que ser yo la que pusiera toda la pasión. Tal vez no me llenaba del todo, pero el hecho de ser un amigo de mi ex, me dio el aliciente necesario para seguir con él. Quedamos varias veces, siempre a escondidas y de los besos no pasábamos. Como la relación estaba estancada, decidí quedar un día con una amiga, al mismo tiempo que quedaba con él una tarde. Esa misma noche habíamos quedado para ir de botellón y de esa forma me aseguraba estar acompañada.
Mi amiga y él conectaron enseguida. De hecho, la relación que mantuvo con ella era exactamente igual que la que tenía conmigo, teniendo en cuenta que no nos enrollábamos delante de ella. Nos tocábamos el culo disimuladamente y nos llegamos hasta a dar picos los tres. Siempre entre risas. La cosa fue a más y nos fuimos al parque del botellón donde no había nadie aun. Acabamos las dos liadas con él y, como decirlo, aunque mi amiga no se lió conmigo, sí me llegó a meter mano y sentí calentura. Me extrañó mucho porque no me gustan para nada las chicas, pero sus manos rozaban mi piel provocando que mi respiración se entrecortase. El chico se dio cuenta e intentó hacer lo mismo, pero sus manos no conseguían un efecto tan agradable. Me dejé llevar y acabamos disimulando cuando empezó a llegar la gente con algunas botellas.
Mi amiga tuvo que ir al aseo de un bar cercano, pero al contrario de como ocurría siempre, dije que quería quedarme. Mientras estábamos él y yo a solas, lo besé apasionadamente, aguantando una vez más la sensación de besar a un muerto. Cuando lo dejé sin aliento, le pedí de salir. No era realmente porque lo quisiera como novio, sino más bien porque quería que hablara a sus amigos de mí, especialmente a mi ex. De esta manera lo único que conseguía era mantener una relación en secreto. El chico se quedó callado. Dijo que era todo muy raro. Me preguntó por mi amiga, a lo que le respondí que no era celosa y que podía hacer lo que quisiera con ella. No es verdad, yo soy bastante celosa a pesar de mi condición de liberal y si no me importaba verlo con mi amiga era porque no me importaba él, era sólo por hacer daño a mi ex. Pero me dijo que no, que no quería pasar de rollo y que no me conocía lo suficiente como para dar un paso así. Me dio un duro golpe. Desde entonces empezó a haber distancia entre él y yo. Cuando volvió mi amiga se percató, pero entonces fue ella quien se arrimaba a él. Y en ese momento llegaron los amigos para empezar con el botellón sexual…