Es interesante como la novela de El Amante de Lady Chatterley ha tenido tantas adaptaciones. Es poco común ver en el cine que novelas tan famosas no tengan adaptación. Mucho menos una en la que el softporn se hace presencia. Exactamente: estamos hablando de la película porno de culto de Lady Chatterley en 1981. Un drama y romance bien diseñado, ejecutado a la perfección aunque con problemas en el vestuario. Fuera de eso: pura caña.
El hueco que nos dejó Emmanuelle
Nosotros hemos escuchado innumerables veces, casi siempre con un tono melancólico, que deberían hacer otra versión de «Emmanuelle«, que cuenta con una saga completa de muchísimas peliculas. Nosotros sabemos que esta es la fantasía pornográfica favorita de todos. Lo hicieron, hemos dicho siempre. Las personas que hicieron el «Emmanuelle» original hicieron dos secuelas; aunque hubo tres docenas de estafas de otros cineastas. Pero nadie recuperó del todo el encanto y el erotismo de esa película original.
De los directores de Emmanuelle
Ahora aquí están de nuevo las personas de «Emmanuelle». Solo Jaeckin, el director, y Sylvia Krlstel, la estrella, están de regreso con «El amante de Lady Chatterley. Esta ha sido filmada con gran cuidado y dedicación. Teniendo en cuenta la necesidad de la industria actual de mostrar tetas a diestra y siniestra.
De la controversia a la no funcionalidad
Con un sin fin de filtros de enfoque suave y labios relucientes, por desgracia, simplemente no funciona como antes. He aquí la novela erótica más controvertida del siglo XX, reducida al estilo visual de uno de esos Penthouse. Sabes a cuales nos referimos: ese donde la modelo en pantalón baja al establo para hacerle “cosquillas” (mamadas).
Es incomparable con la original
No sirve de nada comparar las versiones de libro y película de «El amante de Lady Chatterley». No existen en términos comparables. No se parecen en nada, absolutamente en nada. En el controversial libro hay unas escenas eróticas bien diseñadas. Aunque en la película se busca mostrar el culo como una metáfora de la represión sexual, no se logra. Aunque si admitimos que esas tetas se ven muy bien filmadas.
Sin reglas
No hay una regla que diga que una película tiene que ser fiel al libro en el que se basa. Sin embargo, esta película va más allá de la infidelidad y se toma libertades indecentes. Tiene que haber algo más en la historia original de Lawrence que los primeros planos de Lady Chatterley apartando sus tetas. Pero ¿Dónde? (aburrido spoiler): en los arbustos para ver más de cerca de Mellors mientras se baña.
Los esporádicos ataques de consciencia
Como expiación, esta película tiene esporádicos ataques de conciencia, en escenas que hacen una despertar vuestros miembros. En la dirección de los sujetos originales de Lawrence, nuestro director se destaca. Esos sujetos (como los ve la película) son la diferencia entre las clases altas impotentes y las clases trabajadoras animales. Entre las refinadas reprimidas sexuales y los sementales de la clase obrera y proletaria.
Freud estaría orgulloso
La necesidad de la sociedad de negar los sentimientos sexuales normales de las mujeres jóvenes es su peor hipocresía. Todos sabemos que dentro de toda mansión o refinada personalidad se esconde una arpía sexual dispuesta a todo. Y aunque en esta película se busca mostrar medianamente esa faceta, lo logra a duras penas. En todo caso, es inevitable victoria del sistema sexual interno de todos nosotros: el río de flujo vaginal encuentra su cauce.
Jaeckin: maestro en exprimir una obra
Por supuesto, Jaeckin encuentra temas adicionales en Lawrence, específicamente brazos, piernas, senos, muslos y baños humeantes en claros de bosques apartados. Pero parece haber extraviado su sentido del erotismo desde «Emmanuelle». Ahora logran construir una obra cinematográfica que pueda develar las oriundas pasiones de sus personajes. La carencia de sexo y su repotenciado deseo por la ausencia son las marcas de esta pelicula.
Queremos carne, senos, tetas en el Amante de Lady Chatterley
Esta vez, todo el mundo está demasiado elegante, demasiado cuidadosamente compuesto, demasiado bellamente filmado. Parecerá mentira, pero la película raya más en lo estéticamente bonito que en lo pornográfico. Pero aquí todo está cuidadosamente seleccionado para que la animalidad humana no se desborde. Sobre todo cuando la novela original invita a eso: al romper tabúes.
Las actuaciones
Lo que si podemos apreciar es la cuidadosa mirada del director de casting para esta película. No cometieron un error en elegir a Sylvia Kristel y Shane Briant para protagonistas. Tampoco a Nicholas Clay. Sin embargo, es importante reaccionar ante lo evidente: no es el casting para mostrar una porno. La química es fundamental: pero no funciona aquí.
Lo bueno en Sylvia
Las actuaciones están bien, pero eso no ayuda, ya que las actuaciones no parecen ser el objetivo de una película como esta. Sylvia Kristel, como Lady Chatterley («Connie» para su esposo) es una joven atractiva. Ella tendrá sus ojos claros y una dulce habilidad para restar importancia a una escena de sexo. Parece magia la forma en como nos deja una polla flácida.
Los Hombres de la vida
Los hombres en su vida son Shane Briant, como su esposo, y Nicholas Clay, como su amante. Briant tiene la tarea más desafortunada. Tiene que sentarse durante la mayor parte de la película en una silla de ruedas. Todo esto mientras expresa llamando «¡Connie!» tan petulante como puede, y puliendo su autocompasión. A nuestros ojos: esas bolas deben de estar más asfixiadas que las del calvo de Brazzers.
Nicholas Clay: su amante
Nicholas Clay es oriundo de Reino Unido y se jacta de tener la formación clásica en el mundo del cine. El tiene una lista muy amplia e impresionante de créditos. Sin embargo, nos preguntamos ¿puede hacer realmente algo interesante dividiendo troncos? No puede. No puede ni dividir las piernas de Lady Chatterley sin que nos aburramos: ser leñador y no puede con su polla.
Clay no le sacaron su máximo jugo
Dentro de los talentosos actores de Reino Unido: Clay pertenece a esa pequeña casta de virtuosos. Esos que están en la treintena e incluye a Jeremy Irons y John Hurt. Sabemos que le mintieron prometiéndole que esta película de sería fiel a la visión original de Lawrence. Sabemos que le mintieron y ahora eyacula en pasto seco.
En conclusión
El amante de Lady Chatterley es una experiencia olvidable, pero erótica. Si eres de los que se masturba con pocas cosas y tienes tiempo para ver una película: esta es tu cinta. Te recomendamos no ir con tan altas expectativas porque terminaras más lisiado que el protagonista. Si lo tuyo es pollas y culos brincando: busca mejor una de Digital Playground o Vivid.
