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El vecino y la obsesión de comer coño

El vecino y la obsesión de comer coño

El vecino es una serie española de comedia y superhéroes, que tiene obsesión por comer coño. Los protagonistas son Lola (Clara Lago) y Javier (Quim Gutiérrez), la pareja de la imagen de arriba, que no les va muy bien. ¿Será porque no le come el coño? Pero en esta ocasión vamos a hablar de Julia (Catalina Sopelana), José Ramón (Adrián Pino) y Alicia (Paula Malia). Un triángulo muy erótico…

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¿Comer el coño no está de moda?

Según la serie, según Julia, diariamente se hacen un montón de mamadas, pero muy poco cunnilingus. El sexo oral de los hombres a las mujeres está en desuso, porque son las mujeres quiénes se enfocan más en dar placer, que al revés. De hecho los buenos amantes escasean, ya que la mayoría de los hombres no se preocupan por el orgasmo femenino. En esta serie, entre muchas otras cosas para equilibrar el karma, tienen obsesión por comer coño. Durante algunos capítulos vemos como se menciona en varias ocasiones y hasta como se practica, sin escenas demasiado picantes. Mas enfocado a la comedia que al erotismo.

El triángulo erótico de Julia, José Ramón y Alicia

José Ramón llega al edificio donde se localiza la serie, pero tiene una mala experiencia. La persona que le va a alquilar la habitación resulta ser un drogata, sucio y desagradable. Se marcha de esa casa y llega a la de Julia, que acababa de tirar a su compañero de piso al descubrir que le había regalado un osito para verla desnuda. La «niña» está más experimentada en el sexo que muchos de los personajes y, viendo que su relación con Alicia no marcha bien, le propone hacerle una lamida de clítoris para arreglarla.

Aquí empieza la obsesión de El vecino por comer el coño. No parará hasta que lo haga. Y vaya si mejora su relación con su novia. La novia enfada, porque se le ha engañado sistemáticamente y que estaba a punto de terminar la relación, acaba entregada en coño y clítoris a su nueva experiencia sexual. ¡Ni que fuera el satisfayer! ¡Cómo gozaba la muy recatada!

El vecino y la obsesión de comer coño

La picante relación entre Julia y José Ramón

Normalmente un hombre no tiene esa relación tan liberal y abierta con su casera. Y menos si esa casera es una adolescente cuyo mayor interés en la vida es equilibrar el karma. Pero en cuanto a la balanza de actos positivos y negativos, el tema sexual también le importa mucho. Por ello le da el secreto para ser un buen amante: experimentar en las artes orales.

Esto es algo que las mujeres agradecen y mucho, porque no es normal que sus parejas accedan a inclinarse ante su mas preciado objeto del deseo. La vagina es una zona erógena que tiene infinidad de terminaciones sensibles, que pueden hacer descubrir la pasión mas desenfrenada a la más recatada. Puede marcar la diferencia entre gozar como una perra y no llegar al orgasmo.

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