La verdad es que tengo que reconocer que siempre he tenido fantasías sexuales con hombres maduros. Siempre lo he guardado dentro de mí misma y bueno, sabía que tarde o temprano la tenía que cumplir, como así ha sido.
Con el nuevo trabajo tenemos más libertad en la pareja. Esto sumado a que puse un anuncio en pasion.com, la web de contactos de milanuncios.com, se ha dado la oportunidad que esperaba. Me contactó un hombre de 65 años que me propuso un encuentro, en mitad del campo. Como tenía coche me permitió elegir a mí el lugar. Y lo hice muy cerca de donde tuve mi anterior relación. Por cierto, el otro chico no me respondía y lo hizo hace poco, que estaba de obras en su casa y pasaba de quedar en la calle. Una lástima. Pero como dicen, «a rey muerto rey puesto», no tardé nada en encontrarle sustituto.
Y bueno, tenía mis reservas con este hombre maduro, pero finalmente decidí quedar por probar y satisfacer la curiosidad que aun tenía. Ya había quedado con uno de 57 años, que no me gustó nada y por eso dejé de quedar con maduros, pero después de un tiempo pensé que tal vez se trataba de un incidente aislado y puede que sí me gustara tener relaciones con maduros. Para más morbo no llegamos a enviarnos fotos ni nada, sólo quedamos en un lugar y a una hora. Nada más. El resto ya se vería según la marcha.
Cuando llegue él ya me estaba esperando. A pesar de tener 65 se conservaba muy bien. Tenía el pelo muy corto, buena presencia y hasta estaba delgado. Me dijo que hacía deporte cuando podía. También noté que olía bastante a colonia, como aquel otro rollo que tuve con uno casado. Y eso la verdad, no es que me motive mucho. Nos metimos ente unos árboles y me fue metiendo mano. Primero lo hizo por encima de la ropa, pero después la apartó con brusquedad y me lamió de arriba a bajo. Por momentos tuve que hacerle parar, porque estuvo a punto de desgarrarme la ropa de un tirón. Y bueno, quería chuparme todo el cuerpo, besarme y hasta follarme a pelo ya que no tenía condón.
Sin embargo yo no conseguía excitarme. Primero me daba miedo que alguien pasara por el camino y nos pillara. Eso siempre suele ser un punto de morbo, pero en aquella ocasión no. Tal vez me diera vergüenza que me pudieran pillar con un hombre tan mayor. Otro aspecto que me echó para atrás fue que tenía barba de un día, y cuando me besaba sentía como me picaba. Y por último también estaba la desconfianza de no conocerlo. Y todo esto, en otras circunstancias, habría sido motivo de más excitación. Pero no fue el caso y desde entonces decidí que no estaría más con hombres maduros, ni con mi pareja ni sola. Si conociera alguno sería menos de 40, o algo más.
Y todo esto teniendo en cuenta que tenía también una polla bastante aceptable. Serían unos 15 cm, bien puestos, y con el bello medio pelado. Se estuve chupando, jugando con mis manos en sus huevos, pero ni aun así me calenté. Y eso que le pedí que me agarrara la cabeza y me moviera él. Quería sentir lo mismo que en mi borrachera de fin de año, cuando tenía 17. Pero nada. Tampoco me dio asco. Simplemente no me puse húmeda y lo necesito para disfrutar. Después de mamársela durante unos 5 o 10 minutos, me apartó, se pajeó y se corrió en el suelo. Yo ni siquiera me corrí. Ya había sacado mis conclusiones.
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