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Fiestas semáforo: Así se divierten los jóvenes

Fiestas semáforo o la fiesta del semáforo es un encuentro adolescente, de índole sexual. Se trata de una orgía con reglas, donde hay alcohol, drogas y sexo. ¿Quieres saber hasta donde son capaces de llegar? Lo vemos.

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¿Qué son las fiestas semáforo realmente?

Las fiestas semáforo son la nueva forma de diversión de los jóvenes donde, a través de colores, indican qué tipo de sexo buscan. Para hacerlo deben llevar una pulsera o brazalete con el color que prefieren: rojo (tengo pareja o compañía), amarillo (tengo dudas sobre si quiero una relación o no) y verde (estoy dispuesto a todo).

Una de las características esenciales de este tipo de actividad es la obligación de consumir drogas y alcohol como requisito fundamental para desinhibirse y actuar de una manera liberal. El sexo sin control es el resultado.

Estas fiestas son convocadas a través de las redes sociales. Allí miles de jóvenes se sumergen cada día tratando de hacer amigos y nuevas relaciones. También buscan encontrar un espacio de entretenimiento que los aleje de la vida difícil del cada día.

Las fiestas semáforos comenzaron a funcionar en Colombia y Perú, pero cada vez más se ponen de moda en otros países de Latinoamérica.

¿Quiénes asisten a las fiestas semáforo de los jóvenes?

La preferencia mayoritaria en las fiestas semáforo son los jóvenes, incluso los adolescentes, la «carne fresca» como muchos dicen. Aunque siempre hay adultos detrás de estas reuniones. La participación principal es de los más cortos en edad. Aquellos que no tienen impedimentos para las relaciones abiertas, que huyen de la responsabilidad y de las ataduras.

¿Por qué se realizan estas fiestas semáforo juveniles?

Los jóvenes buscan el placer y la satisfacción desde edades tempranas. Sexo con quien sea, donde sea, como sea y en cualquier momento. No piensan en las consecuencias que sus decisiones acarrean. Son emocionalmente inseguros, inestables y muy fluctuantes. Son fácilmente manipulables y tratan todo el tiempo de encajar en un grupo, sector, familia, «dentro de algo».

Es por eso que son blanco fácil para la diversión fácil. Atraen más personas con sus mismas vivencias. Muchas veces las experiencias que obtienen, a pesar de no ser las mejores, son las que quieren repetir.

Las consecuencias de estas fiestas del semáforo

Estas fiestas del semáforo provocan relaciones sin responsabilidad, sexo con desconocidos, poco uso del preservativo, alcohol, drogas, alegría, noche… son algunos de los elementos que propician, para la vida de quienes asisten a las fiestas semáforos, resultados como:

  • Enfermedades de transmisión sexual
  • Embarazos no deseados
  • Vergüenza
  • Adicciones

Muchas de las consecuencias son para siempre, determinan la vida de quienes se exponen a una diversión sin control.

Fiestas semáforo

¿Hay otras fiestas similares?

Las fiestas semáforo no son las únicas de su tipo. Hay otras actividades muy parecidas que se están iniciando en el mundo entero donde también los jóvenes son los protagonistas: las llamadas fiestas candy (dulce), donde además de las drogas y el alcohol, el sexo es igualmente obligatorio. Los menores de edad son los que más asisten, se aglomeran miles de personas; muchas veces las fiestas acaban en peleas y todo lo que eso conlleva. Otras con características similares son las fiestas arcoiris, donde los jovencitos, niños de 10 a 12 años, practican sexo oral con jóvenes o adultos, casi siempre desconocidos.

¿Qué se puede hacer ante esto?

Conductas de alto riesgo producen resultados en los que la mesura y el control quedan fuera. Las fiestas semáforo se ponen de manifiesto cada vez más e involucran a miles de jóvenes que exponen sus vidas a juegos peligrosos. Se precisa un alto cuidado del acceso al uso de internet, sobretodo de las redes sociales. Son los padres quienes tienen la responsabilidad de velar por quienes aman.

Los jóvenes descuidan muchas veces sus vidas pensando en que «todavía queda mucho por vivir». Pero no advierten que una conducta desordenada no les dará lo que necesitan. La falta de cariño, la inseguridad, la baja autoestima… Muchas veces los llevan a buscar donde no deben. Es la responsabilidad del adulto de ayudarles a caminar correctamente, por donde deben andar.

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