Sí, no me he vuelto loca. Este post se llama la fantasía sexual de un pervertido y no lo he escrito al azahar. Resulta que he estado unas semanas sin quedar con el último rollete que tuve porque se me notaba la barriga ya, pero al final me pilló y se lo tuve que contar…
Bien, como he dicho en la introducción, llevaba unas semanas sin quedar con el muchacho este. Pensaba hacerlo rabiar un par de encuentros más hasta que yo no pudiera más, y tener un glorioso homenaje al final del embarazo, pero la cosa se torció… El motivo era que se me empezó a notar bastante la barriga y como no le había dicho nada (y me daba vergüenza), cuando lo veía en el chat le daba largas. Hasta que un día me pilló por sorpresa y hablando hablando se lo tuve que contar. Y resulta que a ese chico le daba mucho morbo estar con una mujer embarazada. Al principio me lo tomé un poco a malas, porque claro era la fantasía sexual de un pervertido. Pero poco a poco me fue ganando por morbo. Resulta que no le daba morbo follarme (que también), lo que le da daba morbo realmente era poner su polla en mi barriga y correrse encima de ella. Todo ello con mucho cuidado y siempre atento a mí, por si decidía parar en cualquier momento. Me lo pensé bien y al final acepté. A mí también me daba mucho morbo.
Quedamos como lo habíamos hecho semanas atrás: él vino a recogerme a mi casa una mañana, me llevó a la suya y estuvimos tonteando. Me besó, me acarició suavemente y me susurraba sus perversiones al oído, poniéndome muy cachonda. Me levantó un poco el jersey acariciándome un poco las tetas por debajo. Le dije que llevara cuidado porque el leve roce del jersey en los pezones me hacía mucho daño, aun llevando sujetador. El suje lo tengo que llevar porque ya tiro algo de leche y sino el dolor del roce de la ropa sería insoportable. Entonces me empezó a besar en la barriga, con muchos mimos. Todo lo seco y arisco que era hablando, se volvía en dulzura a la hora de estar con una mujer. Ya lo noté en los anteriores encuentros, a pesar de sus frases fuera de lugar, pero ahora que sabía que estaba embarazada aun lo era más. Me sentí a estremecer con sus caricias, y más sabiendo que estaba cumpliendo la fantasía sexual de un pervertido. Pero no lo podía remediar: yo también era una pervertida a la que le encantaba cumplir todo tipo de fantasías.
Y así llegamos al momento donde se sacó la polla y la frotó sobre mi barriga. Lo hizo casi de refilón, dándose gusto con su mano, pero dejándome sentir toda su excitación sobre mi abultado estómago. Os debo unas fotitos de él, no se me olvida. Y sigamos. Entrecerré los ojos, dejándome llevar como una loca en celo. Pero lo cierto es que desde que estoy en estado mis hormonas se han revolucionado y tengo más ganas de sexo. Y encima no me vale el sexo normal con mi marido, me da más morbo el arriesgado, con un desconocido, algo salvaje… aunque sin forzar claro. Y en se momento me sentí a satisfacer todos mis antojos sexuales. Dejé que se masturbara viéndome desnuda, rozándome la piel y hasta cayó todo su esperma sobre mí. Su semen calentito bañó mi abultado vientre y aun me sentí más caliente aun. Las gotas de semen cayeron por los lados, poniéndome… Tenía el coño ardiendo. Así que ahora llegaba mi turno.
Entonces tomé las riendas y lo lancé sobre la cama. Esperé un poco a que volviera a ponerse la polla caliente, besándole alrededor de la ingle. Por suerte a Julio no le pasa, porque cuando se corre sigue manteniéndose empalmado jaja, que suerte. Una vez noté que se empezaba a excitar otra vez, le di unos besitos para que se terminara de levantar y me senté sobre ella. Sí, como lo escucháis. Sabía que podía tener sexo, pero llevando cuidado por el embarazo. ¿Y qué mejor forma que poniéndome yo encima? Primero sólo me la fui metiendo con cuidado, pero poco a poco empecé a levantarme y agacharme hasta que cabalgué loca de placer sobre su polla. La penetración era bastante profunda y podía sentir toda la polla dentro de mí, excitándose más por cada salto y acercándose al momento del clímax. Sentí hasta cuando se iba a correr y dejé que se corriera dentro. Me encantó, noté todo mi coño calentito, ayudándome a sentir el mejor orgasmo. Normalmente lo hago con condón y más con amantes, pero en esta ocasión ya conocía al chico y estaba embarazada, por lo que no tenía riesgo de quedarme. Quise aprovecharlo, llevar la relación al límite. Y ese fue mi límite en ese momento. Espero que os haya gustado mi experiencia.