Nací en una pequeña ciudad como hija única de una pareja sencilla: mi padre comerciante y mi madre trabajaba en un tejido. Seguir leyendo, porque os cuento cómo fue mi primer orgasmo… la primera vez que me sentí mujer. Esta experiencia corresponde a Divorciada bisexual y dominadora.
Yo era una niña muy tímida y con pocas amigas, viviendo en una sociedad simple y moralista. Con trece años, mis senos ya aparecían en destaque y mis por los pubianos mostraban que estaba madurando. Yo tenía una amiga mayor, que voy a llamar M. acostumbramos salir por la tarde para conversar y caminar por las calles de la ciudad, en los parques y campos cercanos hablando de nuestros deseos y preocupaciones. Fue con ella que empecé a hablar de sexo, pues yo había menstruado y tenía muchas dudas sobre mi cuerpo y mi sexualidad. M. ya tenía senos maduros y grandes pero, como yo, no le gustaba usar sujetador ni bragas en los días más cálidos del verano. Y fue en un día de verano que salimos juntas para ir al parque vestidas sólo con ligeros vestidos, sandalias y nada más. Pasamos cerca de un Haras camino de una cascada cuando vimos algo que me asustó: un semental estaba cubriendo un yegua y penetrándose con un pene enorme! ¡Esa visión me dejó aterrorizada! Salimos corriendo y fuimos a la cascada. Al llegar allí M. me preguntó sobre lo que sabía acerca de sexo me dejando con vergüenza porque yo no sabía nada. Ella sonrió, se quitó el vestido y se hundió desnuda en la trampa. No me resistí y entré en el agua refrescante.
Después de algunas chistes M. me abrazó con cariño y sentí sus pechos contra los míos lo que me dejó excitada y avergonzada. Ella percibió y sonrió saliendo del agua y recostándose en la hierba.
Me acosté al lado de ella y ella simplemente abrió las piernas y empezó a tocar su clitoris con el indicador mientras me miraba diciéndome que me encontraba hermosa y encantadora. Mientras ella se masturba ella me tiró cerca de usted y me dio un beso! Yo casi desmayé con la sensación de calor, su lengua me penetró la boca como si buscar mi lengua. Y yo cerré los ojos y correspondía aquel beso.
Ella entonces me acostó y se deslizó sobre mí, besando mis senos, aspirando mis pezones, dejándolos duros como yo nunca había visto.
Y fue entonces que ella descendió hasta mi coño, que ya estaba melada escurriendo nectar que nunca había visto. Ella entonces empezó a aspirar, abriendo mi coño y penetrándose con la lengua, cuando entonces sentí un calor enorme me envolví me cubriendo de una sensación de placer nunca vista. Mi cuerpo quedó descontrolado y mientras yo temblaba y gritaba de placer ella se mantenía agarrada a mí. ¡No sé cuánto tiempo duró mi primer orgasmo pero fue de un placer infinito!
Mi corazón estaba en sobresaltos. Ella entonces me abrazó, colocó mi cara entre sus senos, me calmó mientras me calmaba diciendo: virgen hermosa que tanto amo, cierra los ojos y descansa.
Este fue mi primer orgasmo y fue mi primer amor.
