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Mi primera vez con una escort

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Mi primera vez con una escort son de esos sutiles y destellantes momentos que quedan en el disco duro. Grabar cada instante con los ojos es la mejor forma de contener el recuerdo y el cuerpo lo sabe. Además de saberlo también lo siente, o intenta sentirlo sin lograr revivirlo. No hablamos solo del sexo sino de la compañía que te da una persona que… solo actúa. Y ese holograma conlleva delimitar le consentimiento que tengo sobre la situación y detener el impulso de arriesgarse con una de las actrices de sexo en vivo.

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¿Cuánto cuesta? ¿Qué hacen? ¿Qué tan guapa me puede parecer? ¿Ella sabrá que solo es un producto? ¿Cómo comprar la compañía de alguien con solo un botón? Quizás no debí ponerme tan filosófico sino aceptar ese trato. Quizás este relato quepa dentro de las mejores historias de escorts en Santiago, quizás no, pero mi experiencia cuento.

Soy casado, 15 años de matrimonio, actualmente con 45 años y 2 hijos. Soy abogado y a diferencia de lo recto y justo que puede ser la profesión, lo prohibido tienta. La carne llama y la rutina consume. Aunque no tengo problemas con mi esposa realmente buscaba algo diferente de lo habitual. Quizás debería ir a psicoterapia pero encontré un desahogo en un vestido azul y unas piernas suaves.

Introducido en mis redes sociales un día después de trabajar apareció un anuncio que me pareció interesante. Este profesaba “la compañía que fluye entre tus dedos”. Pensé que era una metáfora bastarda, pero al final sal en agua es cada momento. Investigué un poco más y di con la palabra clave “escorts” en otros lugares les dicen damas de compañía y lo enunciado me atrajo.

“Acompañado llegamos más lejos siempre que sepas el camino que tomar, nosotros solo manejamos el vehículo”

A principio pensaba que eran actrices de sexo en vivo, como un bar, una disco, prostitutas, qué sé yo. Pero descubrí que eran actrices de sexo en vivo, solo para ti, y bien que actúan. El trabajo de las escorts es acompañarte a eventos, fiestas, celebraciones a las cuales no buscas acudir solo. Ellas más que compañía te brindan la imagen que despliegan que se encuentran buenísimas y levantan miradas por donde andan. La contratación incluía sexo, con algunas, para allá iba yo.

Me reporté un día indispuesto para llegar al bufete y la noticia pasó desapercibida. De igual forma me preparé como si a trabajar fuese y salí de casa lo más normal. Incluyendo un beso a mi esposa, como siempre, o como nunca se lo había dado.

El encuentro quedó acordado en una cafetería casi fuera de la ciudad. Eran las 9:00am e iba a ser mi primera vez con una escort.

Llegó a la cafetería en un taxi por ser el camino alejado y no levantar sospechas.

– Por lo general los hombres casados piden estas horas de encuentro.

La picardía de las palabras tocando su boca con una risa burlona me puso nervioso y solo me presenté.

– Mi nombre es Sara, una de las chicas de sexo en vivo de la web – Continuó ella.

Ya lo sabía, la escogí fundamentalmente a mi gusto. Latina morena, cabello largo azabache, alta, delgada pero con buenos atributos. Realmente me preguntaba porque una mujer tan bella trabajaba de esta forma. Pero no era mi problema, había pagado por servicio.

Mi primera vez con una escort

Dentro de la conversación y un ligero desayuno se rompió el hielo, para no extendernos tanto se hicieron casi las 11:00 am. El plan para el día era apostar en los caballos por la tarde, comer, ir a un club, cenar y terminar en el hotel. Mi esposa pensaría que estoy en un viaje importante y volvería al día siguiente.

Dentro del hipódromo las miradas se posaban en mi acompañante, aunque la conversación fue abierta, se reservó en la calle. Hablaba lo puntual y se quedaba conmigo. Realmente era una mujer hermosa y yo delataba una sonrisa pícara y apretaba los labios cuando la veía.

Amé sus piernas, el contorno de su cara, quizás no es el estereotipo que te encuentras a menudo. ¿Y por 6.000 el día? Ya esperaba que llegara la noche para probar esa piel morena que desee desde que la vi en la pantalla del ordenador. Aún conservaba el olor del perfume de la mañana, ligero pero impregnante. En ocasiones la tuve tan cerca que solo eso me provocaba erecciones, todo con calma. ¿Cómo se le define el amor, sexo y traición?

Ya en camino al hotel, unos traguitos y las mariposas de mi estómago revoloteaban. Había sentido eso antes, cuando me casé.

Cada quién se dio un baño y comenzó la acción. La sensación de su boca chupándomela correspondía al vaso de agua en un día caluroso. Placer subiendo y bajando por la espalda como corriente atrapada. Se activó mi cerebro animal y masajearle las tetas mientras la penetraba me hacía dominarla. Pude deslizar mi lengua por sus morenas nalgas para sentir su sabor tropical.

Y sus gemidos fueron mi mejor melodía, nada se compara a tu primera vez como inexperto. Ahora nadie era más experto que ambos fusionados en uno, aunque sabía que actuábamos. Se hizo lo que se pudo, lo que quisimos y lo que se deseaba.

Acabé después del agotamiento y quedé tendido, no sabía si ella quería más o si ya estaba vencido el contrato. Lo mejor que pude hacer fue despertarme a la mañana siguiente y fingir que nada había pasado cuando me encontré solo en la cama. Mi primera vez con una escort es la mejor actuación que he visto. Puedes leer más historias reales de sexo o las mejores historias de escorts en Santiago.

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