Éramos una pareja bastante liberal en su tiempo. Le descubrí a mi ex el gusto de follarle el culo. Me costó mucho, tuve que tener mucha paciencia, pero después era lo que más le gustaba, tanto que muchas veces era ella quién me pedía que le follara el culo.
Cuando le mamaba el coño muchas veces, me decía: «Cabrón méteme todo tu rabo en el culo», o por las mañanas, “ese polvo mañanero” a traición, la encantaba la pusiera de lado, ella misma ya sabía cómo ponerse para que le follara el culo. Con el tiempo nuestro vicio fue a más hasta que un día me propuso follarme el culo ella a mí. ¡Joder!, que me sorprendió. Se lo supo currar y con el tiempo de usar su vibrador en mi culo, compramos un arnés de cintura doble, de forma que cuando ella follaba mi culo, ella también tuviera su “trozo” en su coño, así tomamos el placer del pegging.
La cosa no acabo ahí y seguimos adentrándonos en el mundo liberal, tuvimos relaciones con chicas en las que mi culo siempre era follado, por mi ex, o amiga de turno. Una tarde al regresar del trabajo la encontré viendo un vídeo de un trío de pareja con un travestí, ella estaba con la falda bajada acariciándose el coño, me miró y dijo: «Mira como está mi coño viendo está peli». Me senté a su lado. Al rato mi polla ya estaba dura de lo que me excitó tanto que me tuvo que arrodillar a mamarle el coño y luego me follara.
Después de hablarlo varías veces decidimos poner un travesti en nuestro juego. El caso es que una tarde estaba tranquilo en casa con mi ex y dijo: «Ya puedes entrar Alba», ¡sorpresa! Era un travesti. Mi cara debió ser todo un poema por la forma que se rieron estrepitosamente. Me lo presentó como Alba. Mi ex se levantó se acercó a ella y empezaron hacerme un estriptis muy sensual y excitante. Yo las admiraba como se contorneaban sus cuerpos pegados ondulándose. Mi polla iba creciendo y Alba desnudando a mi ex.
Yo las deseaba y me excitaba verlas. Aún con su miembro “flácido” podía imaginar la polla que debía tener Alba cuando se la pusiera dura. Lo imaginaba y una parte de mí sentía temor. Era una polla de verdad que iba entrar en mi culo. Se acercaron a mí y entre las dos me desnudaron. Mientras me desnudaban Alba me decía «cariño por fin vas a saber que es una polla de verdad, me la vas a mamar toda y házmelo bien que ya sé que nunca te has comido ninguna, házmelo como te lo hace tu novia». Alba se puso de pie y me metió toda su polla en mi boca, mientras mi ex chupaba mi polla. Al principio fue una sensación extraña, sin sabor, pero la chupada de mi ex me animaba y me hizo chupar con ganas la polla de Alba. Le succionaba el capullo, se lo sujetaba con mis labios mientras mi lengua le daba lamidas en su capullo sin dejar de presionar sus huevos. Lo notaba excitado, entonces mi chupada fuera más profunda. Uffff como me gustaba.
Entonces Alba dijo «ven mi niña a comerme tu la polla mientras tu novio se come tu coño, que te lo humedezca bien para luego follártelo». Mi ex se tumbó y empezó a mamarle la polla a Alba. Alba se movía de tal forma que le estaba follando la boca y mi ex disfrutaba como una loca. Su coño parecía un manantial de lo mojado que lo tenía. Mis labios sujetaban su clítorix con mis labios y con la lengua le daba pequeños golpecitos. Eso le encantaba y más de una vez noté su corrida en mi boca, que delicia. Mi ex no podía más y le pidió a Alba que se la follara. Alba la puso a cuatro patas y de un golpe le metió toda su polla. Alba chilló, pero era tan intenso su placer que era ella quién movía su culo de tal forma que le entrara más la polla de Alba.
Yo pensaba que Alba se iba correr ya, entre nuestras chupadas y la follada que le estaba dando a mi ex, cuando dijo, «ven cariño ahora toca tu hermoso culito».
Me hizo levantar. Me inclinó un poco, y poco a poco me iba metiendo su polla que me parecía enorme. No es lo mismo que nuestro juguete y eso que hacía 20 cm x 5 cm, pero la polla de Alba era algo más grande. Me quemaba al entrar. Me producía algo de dolor. Mi ex debió de notarlo y con mucha ternura y tal vez de agradecimiento por cumplir su fantasía, me cogió con sus manos mi cara mientras me daba dulces besos en mis labios. Eso me sosegó. Ya no me ardía el culo y el placer era inmenso. La sensación era placentera. Alba ahora si estaba ya a punto de correrse. Llevábamos algo de más de una hora y entonces Alba sacó la polla de mi culo y se corrió encima de las tetas de mi ex. Mi culo ya había sido follado por una polla.
Después de esa experiencia vinieron otras. Besos y gracias a todos que me habéis leído que espero os haya gustado y porque no excitado también. Gracias.
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