Placer y martirio

Placer y martirio es una película argentina de 2015. En ella se cuenta la historia de la vida de una mujer que se auto-destruye, al conocer a un hombre dominante. Habrá infidelidad, orgías, cibersexo, dominación y hasta se graban haciendo el amor. En Erotismo Sexual te lo contamos todos.

Créditos

Título original: Placer y martirio
Año: 2015
País: Argentina
Duración: 100 minutos
Género: Drama, romance, erótico
Director: José Celestino Campusano
Reparto: Natacha Méndez, Paula Napolitano, Rodolfo Ávalos, Aldana Carretino, Myrian Agüero, Juan Bautista Carreras, María Laura Sobrino

Argumento de Placer y martirio

Delfina (Natacha Méndez) es una mujer casada, dueña de una pequeña empresa y con una hija adolescente. Sin embargo su vida cambiará radicalmente cuando conoce a Kamil (Rodolfo Ávalos), un rico empresario de origen árabe. Ambos iniciarán una idílica relación, que llevará a Delfina a destruir todo lo que ha construido en su vida y perderlo todo.

Las pseudo orgías de las amigas

Una de las cosas que más llama la atención en Placer y martirio, son las falsas orgías que montan las amigas. Y digo falsas porque no acaban todos follando con todos, sino que se contratan hombres para el deleite del grupo de amigas. Sin duda, la escena más llamativa, es cuando las amigas se reúnen y la conductora del grupo les enseña a hacer mamadas. Entonces llega un chico al que han contratado, que se mueve igual que un gigoló. Y ellas, como adolescentes borrachas en una despedida de soltero, empiezan a mamarle la polla alocadamente. Pero ellas ni son adolescentes, ni están borrachas.

La hija pierde virginidad

Otro de los momentos más excitantes de Placer y martirio es cuando la hija pierde el control, aprovechando que el padre no está y la madre se droga. Primero hace una fiesta donde sus amigos acaban follando en el pasillo de su casa. Y después lleva a un chico a dormir a su cuarto. Ella es menor de edad y el chico, del supermercado, no. Indecisa, acaba teniendo relaciones. Se le nota nerviosa, pero accede a sus juegos por complacerle, porque le gusta. Esto mismo le ocurre a muchas adolescentes de hoy en día, que desprecian el valor de su virginidad y lo hacen sólo por complacer al chico que les gusta. Un error, sin duda.

Infidelidad, dominación y auto-destrucción

Y llegamos a la relación más importante de Placer y martirio. Delfina pone los cuernos a su marido con un árabe maduro, supuestamente rico. Primero será sólo eso, una aventura extra-matrimonial. Pero poco a poco se irá metiendo en su cabeza, hasta convertirse en una obsesión. Por él lo perderá todo: su marido, su empresa, su hija… y hasta sus amigas. Además ella misma se destruirá, porque para soportar el dolor de no estar con él se drogará. Quedará como un desecho humano que sólo vive por complacer a su amante, cada mucho tiempo.

Para llegar a esa situación se entregará completamente, permitiendo que oculte su vida, que controle cuando tienen relaciones sexuales… y hasta se atreve en un juego de sumisión. Él le pide cibersexo y ella lo hará, incluso aunque su hija y su criada la vean. Lo querrá complacer en todo momento, incluso aunque peligre su vida. Otra de las cosas que le pide es la de grabarse mientras tienen relaciones sexuales. Se lo pide a una amiga que se queda flipada de lo estúpido que resulta el hombre. Y luego él se queda la grabación, sin ni siquiera dejar que la vea Delfina. Pero ella está tan obsesionada que hasta eso lo verá normal.

Placer y martirio es una película inacabada

Tras todo lo que he contado, tendréis muchas ganas de verla. Pero… no acaba como debería. De hecho, yo al disfrutar de todo lo que estoy contando, me quede perpleja. Apenas suceden un par de escenas más fuertes y termina bruscamente. Me quedé con ganas de más. Por este motivo no termino de recomendarla como película dramática. En cambio para los amantes del sexo, aunque no sea un tema dominante, sí. Hay bastantes escenas de alto voltaje y… algunas muy pervertidas como he contado anteriormente. Los amantes del erotismo disfrutaréis con Placer y martirio.