Saltar al contenido
Login | Registro | Ayuda |

Proposición indecente

Proposición indecente

Después de mi aventura con el hombre gordo, a pesar del enfado de Víctor por no usar condón, nuestra relación mejoró. Mi amante cada vez estaba más convencido de que yo era la chica que buscaba y yo me daba cuenta, porque nuestras conversaciones eran más intensas.

Víctor y yo hablábamos mas a menudo, por el chat de gmail. Este chat tiene la ventaja de poder usar la cámara y por email se pueden mandar archivos. Estuvimos hablando una noche durante mucho tiempo. Víctor no hablaba como los demás chicos del chat: Él buscaba todo lo que me excitaba e insistía en ello, hasta que acababa totalmente húmeda. Y eso me encantaba. Estuvimos hablando de mi última experiencia y descubrió que aunque el chico no me gustó, sí me gustó la situación. El hecho de estar con un extraño, en su coche y sabiendo que no lo volvería a ver me hizo sentir como una puta, como una perra, y me dejé llevar movida por el deseo. Entonces Víctor me propuso que fantaseáramos sobre otro posible encuentro parecido. Fantasear sobre situaciones que no han pasado no es algo que me guste demasiado, cuando los chicos del chat me lo proponen suelo dejarles con la palabra en la boca, pero accedí porque quería complacerle en todo lo posible.

Proposición indecenteMe hizo imaginar la situación de quedar con un hombre, con el que apenas habíamos hablado en el chat. Yo le confesé que una cita así me ponía, pero no me atrevía a tenerla porque me daba miedo quedar con un hombre del que no conocía nada. Y seguimos. Víctor me describió a un hombre de unos 50 años, rellenito y gordito. No era el tipo de chico que me suele gustar, incluso en mi imaginación era peor físicamente que con el último con el que había quedado. Dije que en principio estaría cortada, pero que era posible que si el hombre me sabía seducir, como me ponía mucho la situación, me acabara dejando llevar como hice con el otro. Víctor me explicó que era muy fácil ligar con chicos así, porque todos están salidos, pero al ser mayores se conformarán con cualquier cosa que quiera hacer con ellos. Además había otra ventaja: la mayoría de esos hombres tendría trabajo, un coche, una casa… por lo que si me gustaba alguno podría repetir siempre que quisiera, incluso podría sacarles lo que quiera. En principio, al leer eso, me hizo sentir un poco mal, porque era como si vendiera mi cuerpo. Yo, cuando quedo, lo hago por placer le comenté. A lo que me respondió que si además consigo dinero será mejor para mí. Dudé un momento, pero sabiendo el placer que había tenido de seguir sus consejos, seguí escuchándole.

Proposición indecenteEntonces Víctor me recordó que siempre me estaba quejando del netbook que me había dado mi hermano. Iba muy lento, a veces se quedaba congelado y se habrían cosas que no tenían que abrirse. Me estuvo comentando que si le hacía caso en todo podría tener un nuevo ordenador o cualquier cosa que quisiera. Tenía un móvil viejo y todas mis amigas ya tenían uno nuevo. Podían hablar entre ellas, jugar y hacer todo lo que querían. Ahí vio lo que me interesaba. Podría conseguir un móvil nuevo, me animó, para hablar con mis amigas, con él y con los chicos del chat a cualquier hora. Me puse contenta. ¿Eso era posible? No me lo podía creer. Víctor no paraba de decirme todo lo que podía hacer, si yo quisiera, pero tendría que obedecerle en todo. Él sólo miraría el bien para mí. Y accedí, pensando, deseando y soñando con todas las cosas que deseaba. Me dijo que lo primero era conseguir un móvil, porque los chicos que iba conociendo tenía que tenerlos todos en un mismo lugar, pero que de momento podríamos empezar como lo venía haciendo hasta ahora. Y yo obedecía, entregada completamente como una niña tonta.

Anterior experiencia | Diario con Alma | Siguiente experiencia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *