Todas las respuestas que he proporcionado en el Secreto 2 y Secreto 3 han formado parte de mi vida y lo único que tengo que hacer es aprender a controlarlas, a quitarme esa negatividad que me inunda y pensar en positivo seguir adelante. Eso sería un gran paso.
Voy a comenzar los primeros capítulos de mi vida, desde mi niñez hasta mi adolescencia en ellos relataré mis sueños, mis esperanzas, mi tristeza y contaré mi gran historia de amor.
Daré consejos, por que pienso que habrá personas que estarán pasando por situaciones parecidas y difíciles y desde aquí intentaré ayudarlas y así conseguir estar feliz de haber conseguido lo que he querido; ser escritora.
Aun recuerdo cuando tenía 6 años y salía del colegio y veía a mi madre entre la multitud y corría a abrazarlo. Tan solo era una niña con inocencia, sin maldad, estaba llena de ternura y amor.
Mi único amigo en el colegio era Daniel siempre estábamos juntos compartíamos todo, hasta que un día tuvo que irse a otra parte a rehacer su vida; nos abrazamos y lloramos como si hubiéramos pelado cebollas pero enseguida comenzó a tocar el tambor para lograr sacarme una sonrisa y ya no lo he vuelto a ver.
Como tampoco he vuelto a ver a mi amiga de Valladolid que la conocí cuando me fui de vacaciones con mis padres de vacaciones a un hotel que se llama Mónica Holiday. Nos quedábamos 15 días y nos conocimos en la piscina. Nos hicimos amigas. Sus padres estaban separados y el último día nos abrazamos y prometimos que estaríamos en contacto pero se me perdió su dirección y su número de teléfono y ya no se nada de ella.
En el patio me quedaba sola en un rincón o simplemente me iba con los mas pequeños para no estar sola. Me costaba mucho acercarme a la gente por miedo a ser rechazada. Y siempre llamaba la atención para que todo el mundo se acercará a mi y eso producía el rechazo. Era la única forma que tenía y la mas fácil, pero todo error luego trae sus consecuencias.
La gente mas fuerte que yo se apoderaba de mi inocencia para sacarme todo lo que querían y mi problema era que me creía todo lo que me decían y luego me llevaba un chasco. Con los chicos lo tenía muy difícil siempre quise ser como las demás: delgada, con los ojos azules… Veía que los chicos iban con ellas, pero también iban con chicas normales. No me daba cuenta que mi problema no era el físico, mi problema era mi forma de actuar y de pensar.
Me pusieron un mote el cual era “estufa” aun no recuerdo por qué ya ha pasado mucho tiempo desde entonces.
Cuando pasé al instituto lo único que quería era tener amigas, tener una pandilla y tener novio como cualquier adolescente, pero todo mi pasado me perjudicaba en mi presente y yo no hacía nada para alejarlo y por hacer las cosas bien. No escuchaba a la gente de mi alrededor sólo la oía y hacía caso a mi cabeza y la cagaba una vez tras otra.
Al empezar el curso pasaron una nota por toda la clase para que firmara todo el mundo para echarme de allí, los típicos graciosos de turno; se lo dije a los directores y los expulsaron, cogí un trauma y miedo y decidí quedarme en mi casa.
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