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Sexo en el último Halloween

Sexo en el último Halloween

Siempre que seas muy rápido para captar las indirectas de una mujer, puedes acceder fácilmente a lo que quiere. Quería tener sexo en mi último Halloween dentro de la universidad y esperaba pasarlo a lo grande. Claro, nunca falta que dentro de la facultad alguien te gustara y este era mi caso. Sin embargo cómo no hacía tanta vida dentro de la universidad apenas pude topármela en ciertas ocasiones. Aun así esperaba verla en la fiesta ya que varios compañeros de años menores iban a asistir y no dudaba de su presencia. Así fue.

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Un disfraz sencillo de vampiro, un maquillaje y ya estaba listo para la fiesta. Dentro de ella había un ambiente ensordecedor, bastante bueno y con ganas de estar hasta el amanecer. Y en ese momento me topé con ella, vestida de muñeca de trapo. Realmente los colores se me subieron y bajaron por la sensualidad que mostraba su disfraz, y mucho que enseñar. Total era una fiesta de disfraces y lo menos importante es el pudor.

Y aunque durante un rato le perdí la pista una voz volvió susurrándome cerca “¿Tienes para prender?” al voltearme era la muñeca de trapo con un cigarrillo en la mano sonriéndome. Duré un momento para volver a mí y al final le dije que también fumaría y salimos juntos.

Hablando durante un rato compaginamos, reímos, fumamos, y le invité un trago para relajarnos un poco. Al rato ya estábamos bailando y entre el ambiente todo parecía irreal y lo sensual de cómo se movía no ocultaría mi erección inmediata. Más allá de darme vergüenza ella lo estaba disfrutando mientras nuestros cuerpos estaban fundidos entre el ambiente. Sentía sus nalgas chocar contra mí. Quería hacer alguna locura… como sexo en mi último Halloween. Indudablemente mis manos empezaron a acariciar sus pechos en pleno baile y todo estaba bien.

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De frente solo sentí sus labios impactar contra los míos y de un momento ya estábamos en un cubículo del baño. ¿A quién le importaría si estábamos disfrutando? Cogimos en el baño y jalando de sus trenzas susurraba sus gemidos de placer en mi oído. Aunque no hacíamos mucho ruido nuestros corazones se saldrían del cuerpo. y la penetraba y volvía una y otra vez, rápido y lento. Pero me pedía más y yo le daría más. Unas nalgadas y ella agarrándose las nalgas mientras la tengo de espaldas. Pudimos hacer de todo bajo los efectos del alcohol y los cigarros y nadie se daría cuenta.

Al momento de sentir la humedad correr en sus piernas me excitaba más y eso me hacía darle más. El vampiro chupando todo lo que podía a la muñeca, un sueño realizado y lleno de placer. Después los encuentros ocasionales ocurrieron en nuestras casas y seguimos disfrutando. Pero nada como el sexo que tuvimos en el último Halloween. Sigue leyendo más recuerdos de placer.

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