El squirting es la práctica sexual en la que la mujer expulsa una alta cantidad de fluido al llegar al clímax. También se le conoce como eyaculación femenina, squirt o squirting. Estos últimos nombres por la influencia del porno, ya que es una práctica recurrente.
La referencia del cine de Almodóvar
Cada vez que pienso en el squirting, me acuerdo de la mítica escena de La ley del deseo de Pedro Almodóvar . En ella vemos al personaje de Carmen Maura gritaba a un hombre que limpiaba las calles con una manguera: «¡Riégueme!» Inmediatamente, recibió un gran chorro de agua de la calle sobre su cuerpo, sofocando así sus fuegos internos generados por la calurosa noche de verano y otros sofocos.
¿Qué es el squirting?
A menudo se confunde con la eyaculación femenina. Cuando hablamos de squirt, nos referimos a una práctica basada en la expulsión de líquido a través de la vagina de forma exagerada, con un chorro intenso. Así indica la traducción de su nombre en inglés, chorro. Y así es como nosotros lo relacionamos con una manguera. La cantidad de fluido que la mujer expulsa al llegar al orgasmo no suele ser tan llamativa, ni tan potente. Aunque muchas mujeres pueden pensar que han orinado, no es el caso.
Los orígenes del squirting
Se escuchó por primera vez a nivel médico en 2001. Antes en la India, ya se conocía con el término sánscrito Amrita. Venía a significar como «el elixir de la vida» o como «sin muerte». También podría traducirse como el «néctar de los dioses». Aunque puede suceder espontáneamente, generalmente es necesario seguir algunas pautas para obtener el squirting.
¿Cómo se puede conseguir?
Hay que saber dónde tocar, cómo hacerlo. Es fundamental nuestra actitud para facilitarlo y descubrir algunos consejos para no cortar el erotismo del momento. Todas las mujeres eyaculan, aunque no necesariamente de forma tan espectacular. En ocasiones incluso puede realizarse antes de experimentar el orgasmo. Pero también puede no ser expulsado en el momento del orgasmo y el líquido se elimina al orinar después del clímax. Pero el squiting parece haber creado una tendencia y hay muchas mujeres y hombres que desean alcanzarla y provocarla.
Para ello es necesario estimular vigorosamente el punto G. Podemos ubicarlo a unos 3 o 5 centímetros de la entrada de la vagina, en su cara frontal. Así, no sólo se estimula el clítoris, sino también otras zonas sensibles de la mujer. Sería aconsejable estimular el clítoris de antemano para que la mujer se excite. Para ello la posición corporal más adecuada sería acostada desnuda sobre la espalda y con las piernas abiertas. Si alguien más te estimula mucho mejor. También se puede lograr con el pene y hay juguetes eróticos destinados a este fin.
Los dedos medio y anular se introducían en la vagina, se estimula y se presiona hacia el ombligo. Rítmicamente, trate de llegar al hueso púbico. Es posible que tenga ganas de orinar, pero continúe hasta que parezca inminente. Luego puede continuar hasta el final, o sacar los dedos rápidamente y empujar como si quisiera dar a luz. Puedes estimular el clítoris o los labios mayores. Si no lo consigues, no te desesperes, puedes obtener mucho placer sin tener ese efecto fuente llamado squirting. Puedes intentarlo de nuevo más tarde. La práctica y el entrenamiento ayudan a conseguirlo.
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