Las mujeres lesbianas no pueden hacer el amor como lo harían un hombre y una mujer. Ellas deben disfrutar más del contacto, los preliminares y acaban frotándose. La tijera lésbica es la forma que ambas chicas tienen de gozar de sus cuerpos a la vez, sin ponerse un arnés o una doble polla de plástico, como así lo vemos en otros vídeos de lesbianas cachondas.
¿Cómo gozan dos mujeres entre ellas?
Hay que reconocer que el sexo lésbico tiene sus complicaciones. No puede haber penetración entre ellas, por lo que tienen que inventarse posiciones y técnicas sexuales cargadas de imaginación. Una de ellas es la tijera lésbica, una práctica bien conocida entre las lesbianas más guarras. Consiste en abrirse de piernas e introducir las piernas cruzadas. Llega a haber contacto vagina con vagina, de forma que se frotan entre ellas alcanzando el clímax. Es una forma excelente de compartir la sexualidad a flor de piel, nunca mejor dicho. Las sensaciones que se experimentan son muy intensas. No las he disfrutado personalmente, porque no me considero bisexual, pero sí he escuchado relatos de féminas muy ardientes, que lo han gozado mucho.
Las mejores tijeras lésbicas del porno femenino
Como puedes ver en el vídeo, tenemos una recopilación de las mejores tijeras lésbicas que puedes encontrar en películas porno. Resulta algo muy excitante, incluso verlo, ya que son dos mujeres fusionándose sexualmente y gimiendo como locas, mientras se retuercen de placer. Además, las mujeres saben cómo tocarse entre ellas, se tocan mejor que cualquier hombre. Por tanto, si además frotan sus coños jugosos en una vorágine de sexo descontrolado, harán que la experiencia sea inolvidable. Mas si se penetran con un doble dildo, o contonean sus caderas al ritmo de los gemidos. ¡El morbo está garantizado!
Sensaciones inolvidables de juntar coño con coño
La mujer tiene infinidad de connotaciones sensible en sus zonas íntimas. Entre ellas, la que más placer produce, es el clítoris. Por tanto, si dos mujeres juntan sus clítoris buscando el placer mas intenso, realmente lo consiguen. Una se caliente, se contonea, la otra siente como su ingle es frotada, y empieza a sentir ese calentor que recorre su cuerpo… ¡Acaban dándose gusto entrepierna con entrepierna! Disfrutan como perras en el paraíso de la perversión. Relamen sus cuerpos ardientes, alcanzan el orgasmo, o varios, y sienten todo el poder de la sexualidad femenina. Todo ello en una danza de fuego, donde ninguna mujer acabará insatisfecha.
