Hola amigos. Anoche soñé algo raro, pero que me excitó bastante, y hoy decidido contarlo en la web. Quiero hacerlos cómplices de mis fantasías más perversas y allá voy: Violación consentida. No apto para sensibles.
Tengo que decir que la noche anterior vimos una películas de terror, no sé si eso habrá influido en el sueño. Por la noche me costó bastante conciliar el sueño. No paraba de dar vueltas en la cama e, incluso, cogí el móvil para conectarme un rato al chat. Pero no encontré ningún chico interesante y dejé el móvil para tratar de dormir. Aun me costó un rato, pero finalmente sobre las 4 de la noche me quedé durmiendo.
Tuve alguna que otra pesadilla que recuerdo a medias. Sin embargo, el sueño erótico que tuve, lo recuerdo con total nitidez. Estaba con Julio en una fiesta dentro de una casa. Había música, alcohol y mucha gente divirtiéndose. Pero había un hombre en especial que me se había fijado en mí. Él tendría sobre unos 40 años, era musculoso, calvo y tenía gesto de chulo en la cara. No es del tipo de hombres que me suelen gustar, pero permití que bailara conmigo. Entre los movimientos de cadera notaba como me metía mano. Entonces Julio le propuso que se enrollara conmigo. El hombre, haciéndole caso, no tardó en agarrarme de la cintura y apretarme contra él… para darme un beso bien dado. Tras esto siguió bailando conmigo, pero a partir de ese momento me metía mano de forma más descarada.
Entonces Julio le propuso que por qué no me follaba. Parecía que no lo iba a hacer, porque se fue, pero volvió al rato dispuesto a follarme. Me agarró de las muñecas y me estampó contra una mesa que había en mitad de la fiesta. La gente nos rodeó para vernos, algunos aprovecharon para meterme mano, pero el único que se se atrevía a penetrarme era el hombre. Y esa situación excitó mucho. En principio lo hacía por Julio, para satisfaces sus curiosidades sexuales conmigo, pero cuando sentí las miradas de chicos guapos observando cómo lo hacía, me encantó. Empecé a disfrutar como una zorra, a pesar de que el hombre no era de mi agrado. Primero me follaba suave, lento pero constante, como Julio. Pero poco a poco empezó a aumentar el ritmo y me empezó a hacer daño. Sin embargo el hombre veía cómo gritaba de dolor y eso le hacía golpear más fuerte, agarrándome con violencia de las muñecas para contrarrestar la oposición que pudiera hacer. Entonces noté que todos miraban como me violaba y se excitaban, incluido Julio. Y permití que me forzará y me maltratara. Incluso noté como se verga se clavaba en mi coño hasta hacerme sangre. Pero yo disfrutaba de las miradas de excitación de la gente y con satisfacer una fantasía de mi pareja, así que me dejé hacer…
Al hombre no le importó ver sangre, ni ser observado mientras violaba. Seguía a lo suyo. Mientras yo, aguantando el dolor, me dejaba penetrar con una sonrisa en los labios. Terminó corriéndose dentro de mí, mezclando sangre con semen. Y se fue.
Para entonces Julio estaba completamente excitado y me quiso follar también… pero como había conocidos que iban a llegar, buscamos un lugar más discreto que en mitad de la fiesta. Cuando me penetró sentí mucho dolor, pero al ver la cara de felicidad de mi pareja, me dejé follar una vez más. Y así terminó el sueño.