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Yo soy ninfómana

Yo soy ninfómana

Los deseos más ocultos de una mujer son revelados en Yo soy ninfómana. Las tendencias a devorar sexualmente a las personas, bien sea hombre o mujer, trae dificultades para encontrarse a sí mismo. ¿Qué hace la compulsión por el sexo más que saciar las ganas de no estar satisfecho con el mundo exterior? Pasa con la hermosa Sandra Julien en Yo soy ninfómana. Es una de las mejores películas eróticas de los 70.

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Créditos

  • Título original: Je suis une nymphomane
  • País: Francia
  • Año: 1971
  • Duración: 91 minutos
  • Género: Erótico, drama
  • Productora: Les Films du Griffon
  • Director: Max Pécas
  • Reparto: Sandra Julien, Michel Lemoine, Janine Reynaud, Patrick Verde, Alain Hitier, Yves Vincent
  • Valoración: 7/10

Sinopsis de Yo soy ninfómana

Tenemos un film erótico que no conoce un límite del cuerpo con la satisfacción. Es que encima de la piel de Sandra y sus tendencias sexuales voraces cualquiera buscara de ahogarse. ¿Y a quién le genera malestar? Una adicta al sexo que es el sueño de muchos hombres en tanto puedas tenerla cuantas veces quieras… o ella tenerte a ti.

Una joven que tiene el sexo como un objetivo en su vida y va por ahí queriendo hacer con todo el mundo lo que deseé. Sandra Julien sacará a flote tus perversiones y no solo en tenerla. Verla que se toca sola, verla como te desea, verla pidiendo más ¿qué más deseas? Quizás si vienes de esa época del 70 y la sexualidad de la mujer era restringida, este film te sorprenda. También puede que el film saque en ti ese apetito sexual para arropar a la figura de la actriz.

Yo soy ninfómana

El liberalismo femenino

¿Te imaginas que la iglesia aún se estremezca por esos temas? En yo soy ninfómana se pasan esa información por cualquier lado porque está dirigida a satisfacer. Una satisfacción visual y auditiva con cada gemido de Sandra Julien cabalgando en una polla. Sin vergüenza, sin pudor, sin anda que tenga que guardarse cuando su meta es satisfacerse. También quiere que te satisfagas cuando esta joya te entra por los sentidos e intercede en tus pensamientos obscenos.

Y tanto las mujeres como hombres se sentirán liberados al pasar un rato y reconocer lo que pide el cuerpo. ¿Sabes que pide el tuyo? La misma tendencia al sexo que quiere Sandra mientras se moja toda. Ahora imagínatela en sus posiciones favoritas sin detenerte porque lo que desea es cogerla duro a cada rato. Encima de la piel perfumada y sus voluptuosas tetas y nalgas, no hay más que pedir.

Una película que quizá para la época ya esté desfasada donde a cada rato podemos encontrar escenas más crudas. Pero revivimos para aquellos vieja escuela que deseen pasarse un buen rato con sus pelis favoritas. Yo soy ninfómana saca de sí lo mejor del sexo reprimido en las personas y la forma de satisfacerlo. Intenta deleitarte recordando a Sandra en sus mejores momentos y aprovecha para usar esa imaginación a tu favor.

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Review de Yo soy ninfómana

No estamos ante un análisis serio de la ninfomanía, sino más bien de una excusa para mostrar carne y escenas eróticas. Lo cual no es malo, ya que hay un tipo de público que busca exactamente esto. Todo ello en una época donde no estaba bien visto, aunque el destape estaba empezando a ponerse de moda. El mérito de esta obra radica en ser una de las pioneras de los desnudos y el sexo semi explícito. Por supuesto hay muchas otras películas anteriores que muestran lo mismo o más, pero Max Pécas contribuyó a que se normalizara.

El drama se presenta, casi a modo de comedia, la enfermedad del sexo. El doblaje no es demasiado bueno, aunque visualmente sí resulta atractiva. La banda sonora tampoco destaca especialmente. Incluso da una sensación diferente a las pretensiones del film. Sandra Julien demuestra su buen hacer en la interpretación, mostrando un personaje cargado de lujuria y encanto. Lucha con su sexualidad, en contra de las normas morales de la sociedad. Al final el espectador la observará con una mezcla de lástima y simpatía. Los hombres se aprovechan descaradamente de sus deseos e inocencia, sin importarles herir sus sentimientos. Un golpe de realidad, que da nivel a Yo soy ninfómana.

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