Hola, mi nombre es Alex Rodriguez (así se va a llamar mi personaje ;)) soy colombiano de 31 años, psicólogo y actualmente realizando un PhD en Australia. Os voy a contar cómo perdí la virginidad. Fue una experiencia inolvidable.
Estoy casado hace 3 años con una mujer espectacular con la cual he compartido muchas fantasias desde hace 10 años aproximadamente. Soy un amante de los tatuajes (tengo 4) y con planes de tener unos cuantos más próximamente.
En el tema que mas nos importa, el tema sexual, puedo decir que me siento privilegiado ya que he disfrutado de momentos que no todos se pueden dar el lujo de vivir. Mi primera experiencia sexual fue una típica escena de película romántica ya que fue con la novia que tenia en esa época y todo se desarrollo dentro de la inocencia típica de esa edad (16). Recuerdo que ese día llegamos del colegio a mi casa a almorzar juntos y estábamos solos ya que mis papas estaban trabajando.
Ella se llama Katerine, una mujer de 1.60 de tez blanca, cabello negro, ojos color cafe y un cuerpo que me encantaba ya que su abdomen era plano, su cola era redonda y parada típica de adolescente y el plato principal sus grandes senos redondos y firmes talla 40C.
Posiblemente a partir de esta experiencia, mi obsesión por los senos grandes despertó y se empezó a convertir casi que en una obsesión. Ese día ella tenía su falda escocesa de colegio y un saco azul ajustado con una blusa blanca transparentas debajo. Almorzamos tranquilamente y subimos a mi habitación a ver TV. Tan solo fue tocar la cama y saber que estábamos solos para empezar a besarnos primero despacio y luego un poco mas apasionados.
Nuestras lenguas se entrelazaban mientras al mismo tiempo la respiración aumentaba y mis manos buscaban ansiosas su entrepierna sin dejar de lado sus grandes senos. Le quite el saco azul y le desabroché dos botones de la camisa y su delicioso escote me invitaba a entrar en el y quedarme a vivir ahi para siempre.
Al lograr meter mi mano debajo de su ropa interior pude notar lo mojada que estaba y también pude notar que no se depilaba lo cual no me incomodo ya que el aroma de esa mezcla encendió mi cuerpo de una manera inexplicable y puso mi pene a bombear torrentes de sangre inimaginables.
Ella me pidió que nos acostáramos debajo del cobertor ya que le daba pena y yo obviamente accedí, en ese momento ya no teníamos ropa por lo tanto nuestros cuerpos se rozaban al natural. Su piel era muy suave y blanca y por primera vez veía unos pezones en vivo, rosados y duros debido a la excitación. Como acto reflejo abrí mi boca y los empecé a lamer despacio y esto al parecer generaba sensaciones excitantes en ella ya que su vagina se lubricaba de una manera única.
Mientras tenia uno de sus pezones en mi boca, con una mano trataba de acariciar su seno libre y en ese momento me di cuenta que los tenia tan grandes que se salían de mi mano. Esta ultima imagen hizo que de mi pene saliera una espesa gota de liquido preseminal la cual sentí con intensidad y lo interpreté como la señal de que era momento de perder la virginidad.
El momento de la primera penetración fue difícil a pesar de la humedad de su vagina pero fue algo único algo que nunca se olvida, recuerdo que sentí como iba entrando cada centímetro de mi pene lentamente y a medida que iba entrando iba quebrando su virginidad, ese regalo tan preciado. Su reacción fue mas dolorosa que placentera por lo cual me asusté pero ella me dijo que continuara. Yo también sentí cierta molestia pero no le puse cuidado ya que a medida que iba embistiéndola, el dolor desparecía transformándose en placer puro.
Los besos nunca pararon, mis manos parecían estar magnetizadas con sus senos y la posición siempre la misma (yo encima de ella llevando el ritmo, queriendo llenarla completamente pero a la vez protegiéndola para que no le duela un solo cabello). Sus gemidos iban in crescendo, el pudor se fue perdiendo con el correr de los minutos, los besos incluían mordidas deliciosas que se sentían hasta la ingle, sus pezones apuntaban hacia mi invitándome a comerlos y así lo hice. Les pegaba pequeños mordiscos que la hacían brincar y luego me aventé a pellizcárselos lo cual le encantó ya que gemía y se mordía sus labios de una manera muy sexy.
El romanticismo quedó al fondo y la escena se estaba volviendo soft porn a pesar de nuestra inexperiencia, los besos eran muy sexuales, las caricias un poco mas rudas y mis embestidas las hacia mas rudas tomándola de sus caderas y atrayéndola hacia mi con toda mi fuerza, como deseando que entrara todo en ella. Sentí mi entrepierna demasiado húmeda pero no me importó, sentía que me iba a orinar pero no podia parar, me asuste pero el placer me hacia penetrarla sin parar y mi pene no aguanto mas, a pesar de apretar para no orinarme pasó.
Me oriné pero mientras lo hacia sentía corridas desde mi medula hacia todos los espacios de mi cuerpo, sentí cosquillas en mi entrepierna y extrañamente en mi ano, gemí como un loco y al final entendí que no era orina, era semen, era ese liquido preciado, espeso, salado y en una cantidad tan grande que llenó todo el condón. Entendí que eso era un orgasmo, que así se sentía, que por esa sensación los seres humanos hacen hasta lo inimaginable muchas veces y lo entendí ya que es la mejor sensación del mundo.
Mi Katerine solo me miraba con esos ojos de enamorada y el dedo indice entre la boca y una hermosa sonrisa (es una imagen muy sexy que nunca voy a olvidar) y me preguntó que había pasado, le conté y nos reímos. Siempre he sido un amante del erotismo por lo tanto saque mi cámara y le dije que si me dejaba tomarle unas fotos desnuda, ella accedió, se las tomé y mientras hacíamos esa sesión de fotos post-sexo nos dimos cuenta que las sábanas tenían algunas pequeñas manchas de sangre. Nos asustamos pero ya sabíamos que eso hacia parte de la primera vez.
Nos bañamos juntos, nos volvimos a vestir y nos acostamos a descansar sin saber todas las aventuras sexuales que íbamos a tener de ahi en adelante.