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Fetichismo: Otra forma de placer

Fetichismo

El fetichismo o fetiche, son las personas que dan más valor sexual a los objetos que a las propias personas. Los ejemplos más claros son la ropa interior, tacones… pero el deseo puede extenderse hacia cualquier objeto relacionado o no con el sexo. Profundicemos más en el tema.

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Cuando el placer no tiene límites

Muchas personas experimentan placer sexual con cosas que la mayoría de personas ni imaginan. Aunque resulte extraño existe la zoofilia (con animales), el BDSM (con dolor) o la lluvia dorada (con orina). Todos estos términos no se han establecido para dar nombre a todo lo que se puede hacer, sino porque hay personas que lo experimentan y les produce placer. Pero como ves los animales, el dolor o la orina no se relacionan en ningún caso con el sexo.

Por ello hay que reconocer que los fetiches sexuales no son algo tan extraño, ni tan alejado del placer común. Hay muchas personas que experimentan deseos sexuales sólo a ver un objeto, como pueda ser un tanga. Por tanto no está tan alejado del deseo sexual común. Todos en cierta medida somos fetichistas. Otra cosa es cuando el placer se deriva de un objeto que no es para nada sexual, o que incluso ese deseo supere al de estar con la propia persona. Aun así, viendo los ejemplos anteriores, no sería de lo más extraño que podemos encontrar en este mundo.

Fetichismo

El fetichismo no tiene límites

Cualquier objeto puede provocar placer para el fetichismo. En ocasiones pueden hasta solucionar problemas de excitación. Y es que la variedad es impresionante, desde ropa, a consoladores, a

  1. Pies. Cuando se experimenta un placer desmesurado al ver pies descalzos y no importa que puedan oler. En este apartado pueden entrar los zapatos con tacones o cualquier otro calzado que excite al fetichista sólo por verlo.
  2. Voyeruismo. Estamos ante un término que tiene su propio universo. El fetichismo radica en experimentar más placer en ver a otras personas practicando sexo, que teniéndolo personalmente.
  3. Látex. Hay parejas que se visten de látex para hacer el amor. Este material aumenta la excitación y gracias a él consiguen relaciones más intensas. Aquí podrían entrar los disfraces.
  4. BDSM. Al igual que en el punto 2, este término tiene su propio universo detrás. Normalmente no es considerado un fetiche, pero lo sería si la dominación o la sumisión supera otras formas de placer sexual. Y de hecho hay muchas personas así.
  5. Piercing. Hay muchas personas que les excitan los anillos o pequeñas esferas de colores. En muchas ocasiones es por sentir un objeto metálico y frío en el cuerpo mientras rozan sus cuerpos al tener sexo. En otras ocasiones son objetos de deseo, con los que se ayudan a dar placer.
  6. Pechos y culos. Esto puede considerarse que no sea un fetiche, ya que es parte del cuerpo de la mujer por la que se siente atracción. Sin embargo en ocasiones se produce mayor placer al ver un buen escote, o la forma del culo en el pantalón, que el propio cuerpo. Entonces sería un fetiche.
  7. Peinado. De nuevo estamos ante un término del fetichismo que normalmente no se considera como tal, pero ahí está. Normalmente no se le da excesiva importancia al color de pelo o el estilo que traiga, pero en ocasiones hay personas que sólo se sienten atraídas por otras con un look especial. Un ejemplo de ello son los «emo» (aunque abarca también la ropa). Entonces son fetiches.
  8. Trasvestismo. Normalmente que un hombre se disfrace de mujer suele ser por motivos de transexualidad. Se sienten mujer. Pero en ocasiones es porque se sienten atraídos por ropas de mujer. El hecho se ser algo prohibido para ellos, o mal visto, puede elevar la excitación.
  9. Agua. ¿Cuándo ves a una mujer mojada sientes mayor deseo sexual? Esto sería lo más habitual. Por ello se organizan fiestas de camisetas mojadas, buscando la más sexy. También puede excitarte tener relaciones bajo el agua, en la ducha o lloviendo. Mucha gente se masturba en la ducha. Pero para ser considerado un fetiche, debe ser la mayor forma de placer.
  10. Montar a caballo. El sexo con animales se considera zoofilia, aunque esto no llega a considerarse como tal, ya que sólo hay estimulación. Cuando las mujeres cabalgan sienten excitación debido al roce de sus zonas íntimas con los saltos y movimientos. Esto suele ser algo que se guarda en secreto. Pero si una mujer repite constantemente y evita practicar sexo, puede considerarse otro fetiche.

Fetichismo

Conclusiones

Muchos de las practicas de los fetichistas las hemos experimentado alguna vez, o al menos son mucho más comunes de lo que se cree. Pero cuando esa excitación concreta pasa a convertirse en la única o más importante, entonces nos convertimos en fetichistas. No es ningún problema si lo llevamos con discreción y de forma moderada. Aunque, como todo en esta vida, en el exceso llega el problema.

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