Hace tiempo que no cuento mis secretos íntimos, y supongo que queréis saber de mí. El motivo de esta ausencia, de casi un año, ha sido porque me he separado de Julio y he estado centrada en el trabajo. Pero han pasado unos meses desde que ocurrió, y ya estoy deseando tener experiencias sexuales nuevas. La primera de ellas fue esta fiesta con póker alcohol y sexo, que me dispongo a contaros a continuación. Espero que la disfrutéis.
Fiesta con póker alcohol y sexo muy sensual…
Me invitaron a una fiesta de cumpleaños de un conocido. El chico no me gustaba mucho, pero iba con tres amigos. Alguno de ellos sí me agradaba. El plan era jugar al póker jugándonos prendas, taponazos, pruebas, besos, secretos… Éramos yo y otra chica para cuatro chicos. Empezamos con algo flojo, una partida, un taponazo para empezar a jugar y luego subíamos la apuesta con un secreto, una prenda, o un beso en la cara. Los secretos eran del tipo, me gusta este chico, o me gusta esto, lo otro. Todo muy inocente al principio. Pero según fuimos bebiendo, empezamos a jugarnos cosas cada vez más provocativas. Los secretos ya eran sobre cómo perdimos la virginidad, nuestra fantasía sexual o la mayor locura en el sexo. Los besos ya eran picos en la boca, o el cuello, cargados de intención. Las prendas que nos quitábamos ya dejaban ver bastante carne. Yo estaba en la gloria. Tenía ganas de vivir otra noche loca, después de tanto tiempo. Y la temperatura todavía subió más y más.
Las apuestas más arriesgadas
Llegamos al punto de empezar a jugarnos retos importantes. Una de las veces el que perdiera tenía que dejarse manosear por los demás. Eso fue algo muy emocionante. No sólo me tocaron los cuatro chicos, sino que también la otra otra chica. Como sabréis si me habéis leído, yo no soy bisexual, pero cuando se trata de excitar a los chicos cualquier cosa me vuelve loca. Cuando la otra chica me agarró los pechos por detrás y los chicos se quedaron mirándonos, me dio mogollón de morbo. Otro reto fue dar un sensual bocado en las zonas íntimas de los demás. Eso también me excitó de sobremanera. No sólo hacerlo yo, sino ver cómo los chicos lo hacían entre ellos me fascinó. Julio no quería hacer nada con otros hombres, pero tal vez un trío bisexual con dos chicos podría ser una experiencia sexual que me podría gustar. Quién sabe, quizás lo haga. Pero cuando la noche ya enloqueció del todo, nos llegamos a apostar mamadas o comidas de coño. Y todo ello debía hacerse delante de los demás. Incluso metimos algo de BDSM, aunque muy suave. Después de hacer eso, entonces ya follamos como locos.
Un polvo a seis de lo más pervertido
Como podéis imaginar, a esas alturas estábamos todos muy calientes. Estábamos tan excitados, que todos deseábamos perder alguna apuesta para mostrar algo, hacer algo pervertido o dar un beso con lengua a ciegas. Nos liamos todos con todos. Estaba tan borracha y excitada, que me daba igual quien me tocaba, me besaba o me… follaba. Hicimos juegos de taparnos los ojos y hacernos cosas, y luego tener que adivinar quién había sido. También me puse yo con todos los chicos a la vez, la otra chica con todos y hasta algo hicimos entre nosotras. Fue brutal. Verme que me tocara no era algo que por sí me apeteciera, pero sí ver cómo ellos se calentaban más. Me di un morreo con lengua, bien húmedo, y a los segundos estaban tocándonos, esperando el turno cada uno de ellos. Me deje follar por uno a ciegas, mientras el otro me la metía en la boca. La otra me acariciaba sensualmente, pero cuando se descuido ya tenía a los otros dos machos dándole lo suyo. No recuerdo bien cuanto sexo tuve, ni si quiera si follé con todos, pero lo que si recuerdo es que ambas acabamos pringadas de semen, jugando entre nosotras con ese líquido viscoso y con los hombre tirados el suelo, ya no podían más. Menuda fiesta con póker alcohol y sexo.