Esta es una confesión privada que le hago a la autora de la web María Ramos, de por qué me gusta ser cornudo. Esto es algo que me pasó con mi esposa y quisiera que lo leáis y lo comentéis. Nunca pensé que algo así me pudiera suceder, pero ahora que me ha pasado lo he disfrutado y quiero compartirlo.
Mira María, me di cuenta que mi esposa me era infiel y la seguí para aclarar el panorama. Ella se fue caminando al apartamento de un compañero de su trabajo, entró a su casa y empezaron a entrar en calor. Yo podía oír y observar un poco por las ventanas. Cuando ella le empezó hacer sexo oral me di cuenta que mi pene estaba muy duro. Tanto me calenté que me dieron ganas de masturbarme y así lo hice. Ellos siguieron con su juego de sexo y mi esposa se colocó a 4 patas para que el la penetrara. Yo me masturba sin control. No sentía celos de ver a mi esposa con otro, sólo excitación. Me manché los pantalones de semen. Eyaculé más que nunca. Entonces me fui a casa.
Ella no tardó mucho en llegar. Cuando nos vimos le dije que le había seguido y sabia lo que estaba haciendo, pero que no estaba enfadado. Le conté mi deseo de verla. Le propuse que lo siguiera haciendo en nuestro apartamento. Yo me escondería donde él no me viese. Ella aceptó y así es como descubrí que me gusta ser cornudo.