He pasado toda mi vida rodeada de reglas. En mi casa todos han sido muy estrictos, principalmente mi padre, quien visualiza, coordina y controla todas mis llamadas y salidas. Quizás no es de extrañar esta actitud, pues solo tengo 17 años, pero para mí ha sido todo un tormento, porque estoy anhelando nuevas experiencias sexuales y os lo cuento todo como relatos eróticos donde exploro mis fantasías más oscuras…
Esto no sucede con mis amigas, quienes tienen total libertad. Visten a su gusto: minifaldas, escotes pronunciados, cortes de cabello a la moda. Hasta hablan de sus conquistas, todas compiten por cautivar a los chicos mas guapos del colegio.
Pero siendo sinceros, aquí entre tú y yo, no solo se trata de conquistas, se trata de experimentar esa fase donde las hormonas se apoderan delos pensamientos y la razón queda en segundo plano.
En ocasiones, las escucho hablar en el baño de sus experiencias sexuales. De todas, la única virgen soy yo. Por eso me sonrojo cada vez que hablan sin miedo, sin tabúes, a carta abierta sobre sus encuentros con chicos. A veces me sorprende que a su corta edad ya hayan hecho de todo, y no hablo solo de besos apasionados, ni de posturas de jóvenes inexpertas.
Parece que se han leído todo un libro de Kamasutra y visto todas las series de sexo en Netflix. Sí, desde esas posiciones más osadas que solo vemos en las páginas, hasta los bailes más eróticos que puedas imaginar.
La verdad es que los tiempos han cambiado, ya todo está al alcance de todos, incluyendo el sexo. Sin embargo, sigo siendo la única que queda en una nube cuando comienzan los temas calientes, en ocasiones, se ríen de mí. A veces, me retan o me animan. Pero la verdad es que siento que soy una chica inexperta, metida en una caja de arena que me hunde poco a poco y me aleja del mundo real.
¿Qué si me gusta un chico? Claro que sí, es Pedro, pero creo que está a años luz de fijarse en mí. Estoy anhelando nuevas experiencias con él. A ver te cuento, no es un galán de telenovelas. Sin embargo, es muy alto. Tan alto que tengo que elevar la mirada cada vez que pasa frente a mí. Tiene esos labios que provocan morderse, son muy carnosos, “acolchaditos”, como le digo yo.
Mis amigas dicen que tiene un poderoso tormento entre sus piernas (bueno, eso dicen los rumores) Como saben, yo no lo he podido comprobar, pero si te cuento un secreto: me encantaría que fuera el hombre que me hiciera gritar de pasión y que marcara mi primera vez de una forma candente, inolvidable.
