Saltar al contenido
Login | Registro | Ayuda |

¡Cuando casi nos pillan!

¡Cuando casi nos pillan!

Esta mañana me he despertado un poco caliente, como todos los días je je. Esta vez ha sido porque he recordado lo que me pasó hace ya más de dos años con una chica que conocí por Internet. Ella decía vivir cerca de mi localidad, en un pueblecito cercano al mío. Os cuento… ¡Cuando casi nos pillan!

Estuvimos varios días hablando a todas horas ya que ambos nos atraíamos y quién sabe, quizás podríamos con el tiempo sentir algo más. Cuando ya llevábamos hablando como una semana ella me dijo que había algo de ella que no era exactamente como me había dicho. Al presentarnos me dijo que vivía cerca de mi pero luego me reconoció que ya no viví allí si no que se había tenido que marchar a un pueblecito de Toledo.

Yo no le di importancia y para demostrárselo le dije que si quería podría ir a verla. Ella accedió encantada y buscó un fin de semana en el que estuviese sola. La cosa se nos estropeó un poco ya que cuando llegué allí su madre seguía en casa y parecía no tener ganas de irse así que tuvo que presentarme como un «amigo especial».

¡Cuando casi nos pillan!

Teníamos que aprovechar cualquier momento en el que la casa se quedase sola si queríamos hacer algo así que una noche al ver cómo su madre se arreglaba para salir la hice señas para que subiese a la parte de arriba de la casa. Yo dije que iba a por una cosa a mi maleta y ella dijo que necesitaba ir al servicio así que arriba mientras su madre salía de casa empezamos a liarnos.

Nos besamos durante bastante tiempo y nos manoseamos esperando el momento en el que alguno de los dos diera el primer paso de desnudarse. Ella no lo hacía así que decidí quitarme la camiseta. Detrás de la camiseta fueron los pantalones, ella me tocaba con placer, pero veía que ella no se quitaba ninguna prenda así que la pregunté que si realmente quería hacerlo conmigo.

¡Cuando casi nos pillan!

Dudo unos segundos y luego con cara de pena me dijo que tenia que confesarme una cosa, me dijo que era virgen y que a pesar de ello quería acostarse conmigo. Nos fuimos a su habitación y la desnudé con delicadeza y a la hora de penetrarla me resultó imposible. Ella estaba demasiado nerviosa y decía que sentía dolor así que la abrí de piernas y empecé a comérselo, le pasé la lengua por todas partes y noté como empezaba a mojarse. Se levanto, me tumbó y me dijo que la dejase probar. Bajo su cabeza y empezó a chupármela muy despacio, como insegura de lo que hacía. De repente sonó la puerta de casa, miramos por la ventana y el coche d su madre estaba justo debajo así que nos vestimos a toda prisa.

Esa noche no pudimos rematar así que me tocó volver a casa y quedarnos a los dos con la miel en los labios…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *