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El placer absoluto: Preparando a Sandy

Mi nombre es María Ramos y soy la madame de un antro situado en las afueras de una gran ciudad. Todos los días recibo chicas, a las que instruyo para que puedan conseguir el placer absoluto. En un principio funciona como un trabajo de prostitución, pero al final las chicas descubrirán que disfrutan más del sexo siguiendo mis instrucciones, y lo harán sin tener que cobrar.

Sandy: Buenas señora. Mi nombre es Sandy. Vengo por el aviso del periódico, que dice que están recibiendo chicas. ¿Para qué es? Pues la verdad yo estoy interesada

María: Buenas. Estoy buscando chicas que quieran complacer a los hombres. Sin embargo no debes hacerlo solo por el dinero, sino porque quieras disfrutar del máximo placer.

Sandy: Entiendo. Y sería para atenderlos aquí? Pues si se trata de complacerlos es teniendo sexo con ellos? Porque yo soy casada y quiero saber si hay algún inconveniente al serlo. Es decir que se cita al posible cliente en la calle en un sitio exacto, para que él llame desde ahí y yo llegue a encontrarme con él e ir al sitio a atenderlo?

María: Se puede atender ahí, o en una casa. Todo depende del cliente y de la situación.

Sandy: Sí señora. Acepto ir ¿Dónde dijo que debo ir a encontrarme con él? En el teléfono público que se le haya solicitado se ubique él?

María: Todavía no sé si estás preparada. Este trabajo requiere muchas ganas y mucha convicción. Y tú no pareces de esa clase de chicas…

Sandy: ¿Porqué crees que yo no esté preparada? ¿En qué sentido no crees que yo esté preparada? ¿Consideras que aún me falta ser más liberada?

María: No pienso que seas capaz de complacer a un hombre pensando solo en disfrutar.

Sandy: Te explico. Cuando yo entré en esto, no lo hice por cuestión económica. Fue inicialmente por curiosidad, ya al tener experiencias, fue por gusto, por placer. Pero el hecho de estar yendo allá, el negocio me exige que debo cobrar una tarifa. El hecho de cobrar, me da morbo, porque me hace sentir sucia, me hace sentir, diciéndolo en palabras concretas, lo que yo nunca me imaginé ser. Me hace sentir una puta más.

María: Comprendo. Entonces veo que eres una chica decida. Lo haces por placer. Creo que puedes disfrutar del placer absoluto. Pero antes… quisiera asegurarme. Envíame una foto tuya. No necesito que sea sexy, ni desnuda. Sólo una foto normal. Una foto donde se te vea de pie, y de cara. Debes comprender que la sexualidad es sólo una parte de ti. No tienes que tener miedo a mostrarla. Confía en mí y yo te daré mucho más de lo que buscas en el sexo. Yo guardaré tu privacidad. ¿Estás decidida de verdad?

Sandy

Sandy: Sí, Estoy dispuesta. Empecemos, tú me mandarás con tono enérgico. Me enviarás a hacer domicilios? ¿De día o de noche?

María: Digamos que voy a proponerte encuentros con hombres. Tienes que describirme con todo lujo de detalles cómo ha sido la experiencia con ellos. Y voy a conseguir que disfrutes del sexo como nunca lo habías disfrutado. Cada experiencia será como una prueba, que servirá para que las siguientes sean mejor. Y al final descubrirás un mundo de placeres nuevo.

Sandy: Te los dejo a tu gusto o como si no los conociéramos. Con qué prendas me vas a exigir que los atienda? Espero que sean bien atrevidos y que sorprenda a ellos. Espero que cada experiencia haga que se me abran nuevas fantasías y retos sexuales. Me gusta que me trates durito, es decir con tono imperativo como el de una jefe.

María: No sé si soy una jefa dura. Pero te aseguro que soy capaz de explorar tus límites y hacerte vivir el sexo mucho más intensamente. Lo podrás disfrutar mucho más. Para ello, necesito toda la información que me puedas dar de ti, en el plano sexual.

Sandy: Ya tengo mucha curiosidad en saber a donde me vas a enviar, con qué prendas y a que horas. Las tardes a sitios o calles un poco despobladas o solitarias donde haya residencias (moteles muy pequeños y sencillos, me excitan muchísimo, es decir sin ningún lujo). Las noches, son las propicias para poner muy celoso a mi esposo, entre más tarde, más morbo me da. Y lo de la ropa me tiene muy intrigada, pues ya sabes que eso me fascina.

María: Sí, lo de la ropa se que es un fetiche tuyo. pero vamos a explorar otras cosas que te den morbo.

Sandy: Vamos a ver con qué me sorprendes

María: Vale, las primeras experiencias van a ser más suaves. Poco a poco las iremos haciendo más calientes. Porque antes de sacar lo mejor de ti en el sexo, tengo que conocerte; conocer tus gustos, tus deseos… entonces empezaremos con un simple cambio de rol. Tú a tus clientes, de donde trabajas, les cuentas que eres divorciada, con un hijo… Pues ahora di simplemente que eres una chica que vive con sus padres. maquíllate y ponte ropa, para que parezca que eres más joven de lo quieres. Y le dices al hombre que eres virgen y quieres sentir lo que siente una mujer. Por supuesto tiene que ser con un hombre desconocido al que nunca más vayas a ver. desde luego esta experiencia no te va a hacer elevar a los cielos. Todavía es pronto para eso. Pero vas a experimentar el sexo desde una cara bien distinta. La de una chica que descubre su sexualidad. Por supuesto ya pasaste por eso. pero ahora lo vas a hacer desde la experiencia, fingiendo que eres nueva en esto. Y te vas a dejar llevar por el hombre. Luego, después de esto, te preguntare una serie de cosas para que te descubras mejor a ti misma.

Continúa: Sexo fingiendo inocencia

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