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Expandiendo el imperio ruso con libertinaje

Expandiendo el imperio ruso con libertinaje

Este el relato erótico histórico, con Catalina La Grande y Lilith, y la joya erótica que corresponde al collar de serpiente. Disfruta con la historia erótica donde podemos ver a Lilith expandiendo el imperio ruso con libertinaje. ¿Quieres revivir la historia? Esto es lo que ocurrió… Pertenece a la reencarnación del pecado.

Catalina y la lujuria del deseo

Catalina es la representación del poder y el liderazgo en Rusia. Aunque gozó de los placeres de varios amantes, ya ninguno la satisfacía… todos en su reino estaban en búsqueda de algo que pudiera satisfacerla, pues sus apetitos eran peculiares y eróticos. Un día recibió la visita de un joyero que viajaba por el mundo comprando y vendiendo las prendas más peculiares, exóticas y mágicas. Al saber el apetito voraz de Catalina por sobresalir, no dudo en ofrecerle las mejores prendas.

Catalina escogió las más llamativas y costosas, sin embargo, el joyero de pronto le obsequio una caja de terciopelo rojo y le dijo que no lo menospreciara, pues la joya dentro de él se jactaba de satisfacer a las mujeres más poderosas que han existido y que poseía una magia que solo con ellas funcionaba. Por lo que ella no dudo en aceptarla con un poco de curiosidad en sus ojos.

Ya en sus aposentos, completamente sola, no dejaba de mirarse al espejo y examinar su cuerpo voluptuoso, dejando caer la poca ropa que la cubría poco a poco. Recordando lo que le dijo el joyero, se acercó a su peinadora llena de las mas finas joyas y diamantes donde destacaba una caja de terciopelo rojo. Se sentó lentamente, iluminada por los rayos de luna llena que entraban por su ventana. Decidió abrir la caja con gran curiosidad y lo que encontró fue sorprendente. No la asusto, le saco una sonrisa, paso sus manos por el fino collar de serpiente y paro al llegar a la cabeza donde con gran brillo resaltaban los ojos. Lentamente, la saco del estuche y lo colgó de su cuello dando una bocanada de aire, un suspiro lleno de deseo.

Catalina La Grande y Lilith

Sintiendo el frío del oro en su piel, se extendió un escalofrío por todo su cuerpo endureciendo sus muslos y contrayendo su vientre. Al mismo tiempo que sentía un éxtasis en su cuello que la hizo cerrar sus ojos, y abriendo sus labios se escapó un leve gemido. Se sintió poderosa y excitada, tanto, que sin darse cuenta ya sus caderas empezaban a balancearse, sus manos bajaron inquietas hacia sus senos encontrándose con duros y sobresalientes pezones, así que los apretó fuerte para sentir el calor de sus manos juguetonas. La esencia de Lilith poseía centímetro a centímetro el cuerpo deseoso de la Reina.

Catalina entrando en éxtasis decidió explorar su sexo ya húmedo. Mojando por completo sus dedos, un calor se apoderaba de su cuerpo desnudo y expuesto a la luz de luna. Con la otra mano, agarraba fuertemente su peinadora, sosteniéndose y al abrir sus ojos vio su reflejo en el espejo, balanceándose, penetrándose, pervertida, osada y detrás de ella, una mujer seductora de mirada hambrienta se acercaba lentamente viéndola fijamente, caminaba meneando su cuerpo lleno de curvas, grandes senos redondos, abdomen plano, diminuta cintura y grandes caderas que contorneaban sus nalgas, sólo para susurrarle al oído: “eres fuerte, libre y deliciosa. Tengo el poder de satisfacerte como nadie lo hará mientras me uses y me alimentes”- pasando sus dedos por el cuello de catalina, excitándola fugazmente, cuál devoradora.

-¿Cómo? -Pregunto catalina ya jadeando.

A lo que Lilith le contesto lamiendo su oreja:

-Córrete para mí.

Catalina explotó en un orgasmo sin fin dejando todas sus piernas y el pequeño asiento mojado de fluidos y gritando de placer. Su cuerpo contorsionado y tembloroso no dejaba de sentir las palpitaciones dentro de su vagina. Los ojos de la serpiente brillaban con un rojo fuego jamás visto.

La perversión descontrolada de Catalina

Desde ese momento, Catalina no podía permitir que su Diosa no satisficiera sus más oscuros y pecaminosos deseos. En secreto, mando a los mejores artesanos a crear instrumentos sexuales solo para ella. Falos de todos los materiales, tamaños y texturas los cuales mantenía en un cuarto privado, con una gran cama en el centro llena de sabanas de seda, almohadas de plumas y cortinas de encaje que daban la bienvenida a las noches de perversión, lujuria pasión y deseo que catalina ocupaba con sus amantes.

En los días más pesados y difíciles expandiendo el imperio ruso con libertinaje, únicamente pensaba en una cosa… su peinadora con el intocable estuche de terciopelo rojo y la invaluable joya orgásmica del pecado. Su desahogo sexual le aclaraba la mente para idear las más precisas estrategias de dominio. Incluso, de nada más pensarlo se contraía su vientre y lograba mojar su ropa interior.

Expandiendo el imperio ruso con libertinaje

Poco a poco, Catalina empezó a incluir a sus más allegados súbditos para sus actos eróticos. Pensando que entre más orgasmos, más satisfecha estaría Lilith. Jugaba con velas sobre sus mujeres, usaba fustas, y por supuesto probaba cada uno de los grandes falos creados. Utilizaba su colección completa en una sola noche con las mas depravadas técnicas y posiciones. Le encantaba el poder del collar y el roce alrededor de su cuello. Amaba sentirse perdida entre el éxtasis de su coño y los gemidos a su alrededor. Nunca antes sus pezones habían estado tan erectos y duros. Como cuando sentían el frío de la joya cerca de ellos, llevándola a explorar todas las posiciones cuál adicta al sexo.

Los que participaban en sus noches de orgías y tríos, nunca hablaban de lo que pasaba allí dentro. Pero descansaban hasta dos días seguidos luego de que los ayudaran a salir de la habitación casi sin poder mover algún músculo de su cuerpo. Mientras Catalina cada día era más poderosa, fuerte, creativa y pervertida. Su alto ánimo y la influencia de Lilith en las noches más oscuras la ayudaron sin duda. Así fue como acabó expandiendo el imperio ruso con libertinaje, con Lilith, apoderándose de todo lo que tocaba.

Catalina La Grande: La reina pervertida

Así fue como Catalina La Grande, fue apodada la reina pervertida tras la segunda guerra mundial. Pues le rendía tributo a Lilith la diosa de la libertad sexual, el poder y la perversión dentro de su cuarto erótico al que poco a poco fue decorando cada vez más con artefactos y mobiliario forrado completamente de imágenes y escenas pornográficas. Cuarto que mucho tiempo después, fue descubierto antes los ojos del resto del mundo. Provocando a los curiosos y llamando a nuevas aventuras a los más osados y osadas en la búsqueda de Lilith.

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