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Falsa inocencia

Falsa inocencia

Falsa inocencia es una película en la que una estudiante se empeña en seducir a su profesor. Se montará una fantasía en su cabeza que no será capaz de controlar. Se convertirá en una mujer fatal, capaz de todo por conseguir al chico que le gusta.

Créditos

  • Título original: The Perfect Teacher
  • Año: 2010
  • País: Canadá
  • Duración: 87 minutos
  • Género: Drama, thriller
  • Director: Jim Donovan
  • Guión: Christine Conradt sobre la historia de Gregory Henn
  • Reparto: Megan Park, David Charvet, Boti Bliss, Keeva Lynk, Amanda Tilson, Kimberly-Sue Murray

Argumento de Falsa inocencia

Devon Cory, interpretada por Megan Park, es una estudiante de 17 años. Ella es rubia y muy atractiva. Tendrá a todos los chicos detrás. Pero ella se fijará en el nuevo profesor, al que se decide conquistarlo. Será su fantasía y su obsesión, hasta límites insospechados.

La sensualidad de una joven de 17 años

Al ver Falsa inocencia podemos entender porque hay profesores que tienen relaciones con sus alumnas. Esta joven de 17 años años aparenta mucha más edad. Además, ella es la que lleva las riendas de sus relaciones, no se deja seducir. Con su cara angelical y su intensa mirada de ojos azules, nadie podría imaginar lo que esconde su cabecita. En sus fantasías hay sueños húmedos muy calientes. Pero será eso: una fantasía. La realidad es que a pesar de ese cuerpazo de escándalo sigue siendo una niña que no sabe nada de la vida. Es más, como muchas chicas de esa edad, creen que como les gustan a muchos chicos podrían ligar con la persona que quieran.

Megan Park

De inocente enamorada a mujer fatal

Falsa inocencia es una película de un género que está muy explotado. El argumento resulta previsible. Su capacidad de seducción se ve superada por la falta de expectativas realistas y su capacidad de aceptar el rechazo. Se convertirá en una mujer fatal, de las peores que podemos ver en el cine erótico. Su belleza contrasta con las intenciones que esconde. Pero eso sí, su capacidad para seducir no tiene límites. No seduce al profesor, pero sí a todos los espectadores.

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