Cuando tenía 16 años conocí a una chica guapísima, agradable con el tipo de cuerpo que a mí me gusta en fin, me enamoré. Poco a poco fuimos quedando y conociéndonos hasta que ambos decidimos empezar a salir. Iba a ser una relación perfecta, larga y muy bonita, si no fuese porque ella empezó a cambiar…
Con el paso de los años ella se volvió muy celosa y muy desconfiada. Yo no podía ir a ningún lado si no era con ella, me registraba el móvil, borraba contactos etc… Todo se convirtió en un infierno, hasta dejamos casi de practicar sexo. Cuando llevábamos 4 años yo no podía más y decidí que lo mejor para mí y para mi salud mental era terminar esa relación y así fue.
Después de dejarla sentí unas ganas tremendas de comerme el mundo y sobre todo de salir a divertirme y acostarme con otras chicas. Conocí a bastantes aunque no con todas pude acostarme. Mientras yo hacía mi vida, ella no hacía otra cosa que intentar convencerme para quedar y lo hacía mandándome fotos de sus tetas y de su cuerpo desnudo a las que yo no respondía, aunque a veces no podía aguantar más y tenía que masturbarme con ellas.
Ella insistía mucho, decía que sólo quería follarme, nada de relaciones así que terminé asintiendo y tuve con ella la relación sexual mas placentera de los 4 años de relación.
Quedamos en su barrio, yo la recogería con el coche iríamos a comer y terminaríamos en un picadero que ambos solíamos frecuentar. Llegamos y lo primero que hizo ella fue sacarse las tetas y coger mi mano para que las tocar. En seguida me puse cachondo y me empalmé. Ella lo notó y aprovechó para agachar su cabeza y chupármela como nunca antes lo había hecho. Deseosa, como si lo necesitase. Mi excitación llegó a tal punto que la tuve que parar para no correrme. Empezamos a desnudarnos rápidamente y yo, tomando la iniciativa, la abrí las piernas y empecé a comérselo. Ella gemía y se retorcía de placer mientras me agarraba la cabeza y me pedía que la follase.
Haciendo caso a lo que me decía yo se la metí con cierta rapidez y empezamos a follar como locos. Ella se corrió muy rápido y me dijo que la sacase que iba a hacer algo que yo siempre había querido. Empezó a chupármela y cuando sentía que me iba a correr la avisé como de costumbre y ella seguía con todo en la boca hasta que no pude más y terminé corriéndome. La llené toda la boca de semen, ella me miró y se lo tragó. ¡Ufff, que morbo me dio! Tanto lo había deseado…
