Cada día es más habitual ver pornografía, tener relaciones sexuales con desconocidos o perder la virginidad a prematura edad. Lo que antes era un tabú, ahora se está normalizando tanto, que la libertad sexual promete ser la nueva era de la humanidad. La de la hipersexualización de la sociedad.
Las prohibiciones fomentan el deseo
Durante años las conductas sexuales «inadecuadas» han sido prohibidas. Las leyes y la religión condenaban estas prácticas, como si de un delito se tratara. Pero a poco apoco ha surgido una corriente de liberación sexual que ha defendido el sexo en todos sus sentidos. Desde respetar al colectivo homosexual o transexual, a tener relaciones extramatrimoniales, pasando por tener relaciones con más de un amante a la vez. Todavía existe algo de inmoralidad a las conductas sexuales más extremas, como por ejemplo la de las parejas liberales. Sin embargo cada vez se normaliza más y muy pronto incluso ese tipo de relaciones serán bien vistas. Estamos ya ante la era de la hipersexualización de la sociedad.
La hipersexualización de la sociedad puede ser un problema
En países como Japón las personas dejan de tener pareja porque la pornografía y el sexo virtual está tan extendido y tan perfeccionado, que las personas prefieren satisfacerse solas sexualmente. El exceso de sexo contribuye a dividirnos, está científicamente demostrado. Todo a nuestro alrededor nos impulsa a que así sea. El erotismo está aumentando en todos los medios. Incluso en los anuncios con los que nos bombardea la televisión, en muchas ocasiones hay erotismo para atraer nuestra atención. Esto es un grave problema porque el sexo es algo natural, ya que es un don del ser humano para reproducirse. No debería ni prohibirse, ni exponerse en exceso, porque daña seriamente a la persona. Sin embargo así lo estamos viviendo. Nos dirigimos sin frenos hacia un camino que ya vemos que deriva en problemas. Y a nadie parece importarle.
Los niños adelantan su adolescencia
Otro de los problemas de la hipersexualización de la sexualidad son los más jóvenes. Se ha realizado un estudio en el que se dictamina que las palabras más buscadas de los jóvenes menores de edad en Internet, son sexo y pornografía. No sólo lo buscan, sino que acceden a ello porque hay millones de páginas que ofrecen porno gratuito. Estos niños se exponen ante imágenes antes de la edad que les corresponde y ven cosas que no pueden valorar correctamente. Esto deriva en que los adolescentes, habituados al sexo, tengan prácticas y tendencias sexuales diferentes por experimentar. Ya nada les sorprende y por ello buscan los límites. No hace falta decir que pueden llevar a cabo prácticas de riesgo que perjudiquen su salud. Ellos no son responsables de sus actos, todavía no entienden que tener relaciones sin protección con un desconocido puede llevarles a sufrir graves problemas y permanentes durante toda su vida. Y pueden acceder a los deseos de mentes perturbadas, con lo peligroso que puede ser.
