Madrid, 1987 es una película erótica protagonizada por José Sacristán y María Valverde Miguel es un escritor de artículos mayor y Ángela es una joven estudiante que queda con él para hacerle una entrevista. Pero el contacto se verá obligado a mantenerse… en un choque de generaciones.
Créditos de Madrid, 1987
- Título original: Madrid, 1987
- Año: 2011
- Duración: 102 minutos
- País: España
- Director: David Trueba
- Reparto: José Sacristán, María Valverde
- Género: Drama, años 80, erótico
- Puntuación: 6,2 puntos
Argumento de Madrid, 1987
Miguel (José Sacristán) es un escritor de artículos mayor, mientras que Ángela (María Valverde) es una joven estudiante universitaria. Ambos se verán unidos por el trabajo de universidad de la joven y por el baño en el que se quedan encerrados. Será un choque de generaciones, ya que él había vivido todo lo que tenía que vivir en los 80 y ella aun tiene toda la vida por delante.
Mi opinión sobre Madrid, 1987
Lo primero que tengo que decir sobre esta película es que me ha gustado, y mucho. Para el que no la haya visto se puede resumir con lo del viejo verde que quiere acostarse con la chica guapa e ingenua. Sin embargo esta obra tiene un encanto especial porque el viejo verde es un escritor que dice tanto como escribe. Las metáforas, las fábulas y las comparaciones sustituyen por momentos a la vulgaridad en las palabras del escritor, que lleva todo el peso de la película casi con monólogos. Pero la vulgaridad en las palabras también aparece, mostrando realmente lo que quiere esconder con el decoro de la poesía. Y lo cierto es que detrás del erotismo hay frases tan profundas que dan que pensar, ya que hablan del paso del tiempo, el arte y hasta del sentido de la vida.
La crítica de Madrid, 1987
Muchas veces se puede menospreciar una obra sólo por el país, el director, los actores… En este caso hablamos de cine con tan solo dos actores. Dos grandes actores, pero dos actores al fin y al cabo. Sin embargo, y tal y como ocurre en La Venus de las pieles, aquí el verdadero arte se encuentra en los diálogos.
David Trueba arriesga con la forma y el contenido. La forma porque juntar a una adolescente y un viejo traerá polémica; y en el contenido al sostener la obra en diálogos. Pero lo mejor sin duda es el pulso generacional: Lo nuevo y lo viejo. Todo queda en un segundo plano para ahogarnos en el mar de sabiduría de estos dos frentes. Uno calla y el otro escucha, y viceversa. Y es que los diálogos están cargados de reflexiones, junto al erotismo del cuerpo de María Valverde y la literatura de trasfondo. ¡Infravalorada!
