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Sexo con María después de un test sexual

Sexo con María después de un test sexual

Hace unos días descubrí una página donde puedes hacer un test de sexualidad. Lo hice y me salió un resultado bastante bueno, del 80% superior a la media. Me sentí orgulloso y propuse a María que lo hiciera. Pues bien, ella consiguió el 90% y la chica del vídeo le dijo que era puro sexo.

Viendo las respuestas que ofrecía María al test, ya me estaba poniendo cachondo y cuando le llegó el resultado final de que es más ardiente que el 90% de la población entonces sentí una excitación tremenda. Mi polla se empalmó y se notaba el bulto a través de mis pantalones. Entonces, en un arrebato de pasión, cogí a María y la llevé al cuarto entre besos, caricias y empujones sexuales.

Como hacía frío nos metimos debajo de las sábanas y empezamos a besarnos. Le quité la ropa fogosamente y me comí sus enormes tetas. Se los sujetaba con las manos al tiempo que me metía sus pezones en la boca. Me excita mucho ver las tetas de una chica con el sujetador bajado y el jersey subido. Pero muy pronto toda la ropa sobró y se la quité a estirones. Ella también le gusta verme desnudo, sentir piel con piel, y me bajó los pantalones y me arrancó la camiseta que me quedaba en ese momento. El roce de nuestros cuerpos nos hizo sentir aun más deseos y María me abrió el coño para que la penetrara. No podía más, quería que me la follara y yo quería follármela.

Al principio de intentar meter mi polla en su coño me costó un poco. Desde que lo hacemos a pelo no consigo clavársela de primeras, ya que el glande lo tengo sensible. Pero una vez muevo el capullo sobre su ingle y encuentro el hueco para desfogarme, entonces María disfruta y yo empiezo a embestir. Primero con suavidad, pero después los movimientos se hacen más fuertes. A veces cuando reculo en la embestida la saco de su coño y al volver a meterla le hace daño. Debo controlarme para seguir disfrutando, porque al sacarla debo otra vez volver a encontrar ese punto de gusto donde los dos disfrutamos.

Sexo con María después de un test sexual

Cuando lo estamos haciendo me gusta agarrarme a su culo. Sí, tiene un enorme trasero al que agarro con fuerza para poder empujar con fuerza. También a veces me inclino un poco para chuparle un pezón al mismo tiempo, mientras que con la otra mano le excito el otro. Pero sin duda, el momento del sexo en el que más disfruto con María es cuando ella está descontrolada y empieza a gemir como una perra. Entonces los dos nos movemos hacia arriba y hacia abajo movidos por esa sensación de éxtasis antes de la culminación final. Mis manos siguen ancladas a su culo, pero mi boca roza sus labios y ella, al tiempo que contiene gemidos sonoros, pone una cara de excitación pura y sé que está a punto de correrse. Nuestros labios se rozan, pero no llegamos a besarnos. Pero lo bueno es que su cuerpo tiembla, de deseo, y su boca se enciende sacando los dientes inferiores. No hay nada que pueda pueda describir en ese momento. Es puro morbo.

En esta ocasión me dijo que hiciera algo nuevo que me dio más morbo aun. Me dijo que acariciara su clítoris al mismo tiempo que le daba las últimas embestidas. Pero un fue mejor: Me dijo que metiera mis dedos en su coño, junto a mi polla. Fue una sensación brutal. ¿Se le había quedado pequeña mi polla? ¿Deseaba una doble penetración? ¿O simplemente estaba experimentando nuevas formas de conseguir más placer? Sea como sea le di más fuerte que nunca, saltando casi sobre ella, hasta que nos corrimos los dos. Primero lo hizo ella, arañándome la espalda. A los pocos minutos terminé yo, corriéndome dentro de su coño. Me dejé caer sobre ella y un beso con lengua selló el acto. Y estuvimos así besándonos unos minutos. Fantástico.

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