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Sueños depravados

Sueños depravados

Hola visitantes de Chica Liberal. Soy Julio, la pareja de María Ramos, y en esta entrada voy a contar lo que me ocurrió anoche… María y yo tuvimos sueños depravados, muy depravados. Tanto que posiblemente sean fantasías sexuales que nunca haremos.

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Anoche soñé que unos amigos, María y yo nos fuimos a cenar a Oviedo. No sé por qué era Oviedo, tal vez porque habíamos visto la película Vicky Cristina Barcelona, donde estas dos amigas con el misterioso Juan Antonio se van en avioneta a pasar el fin de semana a Oviedo y pasan una noche loca. Bueno, el caso es que estábamos en un restaurante lujoso charlando tranquilamente entre los amigos, cuando María y su amiga rubia empezaron a calentar a todo el mundo. Al principio sólo era la amiga rubia, que después de beber se pone muy cachonda. Pero muy pronto se le unió María, la cual es caliente sin necesidad de beber, pero cuando bebe aun es peor. El marido de la rubia estaba tomándose una copa conmigo y comentando lo que hacían nuestras mujeres.

Sueños depravadosLa situación aun fue a peor por que María y su amiga rubia empezaron a desnudarse. Ya no se conformaron con la gente del restaurante, sino que salieron a la puerta y empezaron a seducir a la gente que pasaba. Pero tras un rato de locura incontrolada ambas amigas, desnucas completamente a excepción de los tangas, se tumbaron en mitad de la calle y enseñaban el coño húmedo a los conductores que pasaban. Algunos coches tenían que maniobrar para esquivarlas, mientras ellas introducían el hilo de sus tangas entre los labios de sus vaginas y gemían, como si se estuvieran masturbando. Una de las veces estuvieron a punto de provocar un accidente. Entonces yo comentaba al marido de la rubia que deberíamos pararla, porque ya se estaban pasando más de la cuenta. No dio tiempo porque en ese momento llegó la policía con un furbón y se las llevó. Y todos los amigos se quedaron muy tristes, algunos llorando, porque sabían que les caerían algunos años.

En ese momento desperté y abracé a María entre las sábanas. Empecé a besarle el cuello y le confesé que había tenido un sueño depravado. Mi sorpresa fue grande, cuando ella me contó que también había tenido otro sueño depravado. En su sueño estaba trabajando en un hotel y una chica iba detrás de ella. María al principio se resistió, pero finalmente consistió acostarse con ella aun sabiendo que me sería infiel y a mí me gusta saber antes que se va a acostar con otra persona. Ambas empezaron a besarse y a desnudarse con mucha fogosidad. Se fueron a una cama de una habitación y allí descubrió que su amante no era una chica normal: era un travesti. Tenía cuerpo de mujer y todo de mujer, pero debajo de las braguitas escondía una polla. María se quedó parada porque iba a ser su primera vez con un travesti, pero después se animó y empezó chupándole las tetas. La calentura aumentó y finalmente la chica acabó follándosela.

Tras contarnos nuestros sueños pervertidos nos excitamos mucho y, esta vez en la realidad, acabamos echando un polvo bien rico, de esos donde María no puede aguantarse las ganas. Fueron unos sueños pervertidos que acabaron en sexo del bueno. ¡Buenísimo!

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