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Chantal, una amiga liberal de Leyre

Chantal, una amiga liberal de Marta

Desde que empezamos con el pegging y nos animáramos a hacer un trío sexual con un chico bisexual, pasaría bastante tiempo hasta que la casualidad hizo que coincidiéramos con Chantal, una amiga liberal de Leyre. Y nos lanzamos con ella también.

En vacaciones normalmente íbamos a España, pero en esta ocasión decidimos visitar Cap d’Agde, al sur de Francia, que es famoso en el mundo entero por sus prácticas nudistas y parejas Swinger. Estábamos en la playa y se nos acercó Chantal, una amiga liberal de Leyre. Nos había visto de lejos y le pareció reconocer a Leyre. Yo había oído hablar de ella, pero no la conocía personalmente. Eran amigas de bachiller. Se pusieron muy contentas de encontrarse, ya que perdieron el contacto hacía años cuando Chantal se había ido de París a Lyon para vivir. Leyre alguna vez me comentó que su amiga era muy lanzada. Estuvieron contándose lo que habían hecho todo ese tiempo. Entonces a Chantal le extrañó que con lo tímida que era Leyre se encontrara en aquel lugar. Leyre me preguntó si se lo podía contar, a lo que le dije que sí. Su amiga tenía una cara de guarra…

Le hablamos sobre nuestros gustos y todo lo que habíamos hecho. Cuando Chantal descubrió que nos gusta el pegging nos miró con una mirada de vicio y deseo. Como tenían confianza entre ellas, la amiga nos propuso practicarlo entre los tres. Ella ya había estado con alguna pareja haciendo esto, pero no lo había hecho mucho porque prefería los tríos con dos hombres. Leyre le respondió que sí, pero que ella no le gustaba estar con otra chica, ni siquiera lo querría probar. Lo que sí quería es que yo disfrutara lo máximo posible. Chantal le respondió que no se preocupara, que aceptara lo que propusiéramos. Entonces hizo una llamada para anular un compromiso que tenía para ese día y así poder quedarse con nosotros. Se tumbaron las dos a tomar el sol, colocándome a mí en medio. Mientras iban hablando de como sería el trío, en esta ocasión MHM. Bueno… era más bien lo que iban a hacerme a mí, al tiempo que me metían mano las dos entre risas. Incluso cuando me di la vuelta para no quemarme por delante, jugaron en mi culo para comprobar si estaba dilatado. Sobre las 7 de la tarde nos fuimos cada uno a su hotel, ducharnos y quedamos para cenar ese mismo día.

Chantal, una amiga liberal de Marta

Mientras cenamos Leyre y Chantal seguían hablando de lo que habían hecho durante todo ese tiempo en el que habían perdido el contacto. La amiga nos contó las malas experiencias que había tenido con los hombres y que prefería estar sola. Tenía mucha suerte de tener un buen trabajo, vivir sola y todos los hombres que quisiera. De vez en cuando también hacía un trío, pero tampoco le iba el rollo con otra chica. Eso sí, no le importaba que otra chica le chupara el coño, pero de ahí no pasaba. Después de cenar nos fimos de fiesta a una discoteca con algo de ambiente. Como nos veían en trío nadie se acercaba, aunque sí habían muchas miradas de complicidad. Bailando ellas rozaban mi cuerpo, cada uno por un lado, provocándome. Me encantó ser el centro de atención, pero no lo era sólo de ellas, sino que muchas chicas y chicos de la discoteca me miraban con deseo. Hasta que decidimos ir al hotel.

Lo acordado entre las dos era darme una noche de placer a mí. Una vez nos quedamos a solas en la habitación se desnudaron, me tumbaron sobre la cama y empezaron a chuparme la polla las dos a la vez. Fue una delicia sentir dos lenguas jugando en mi polla, no sólo la sensación de una doble mamada, sino ver dos caritas bonitas jugando con sus lenguas. Mientras una succionaba la otra lamía los huevos, o mientras una me la lamía la otra me la besaba. En más de una ocasión sus lenguas se juntaron y la sensación de gusto fue total. Leyre pronunció con voz sensual «Chantal cómele el culo a ese maricón» y Chantal se puso a lamer mi ano mientras Leyre continuaba mamándomela.

Chantal, una amiga liberal de MartaMi culo ya estaba preparado para recibir envestidas. Fue Chantal quien se puso el acné de cintura y empezó a penetrarme. Primero lo hizo despacio, pero cuando vio que ya estaba más que acostumbrado empezó a golpearme con dureza. Entonces Leyre seguía comiéndome la polla y los huevos. Yo en esos instantes de puro placer me aguantaba las ganas de correr, para seguir prolongando esa sensación maravillosa. Ellas seguían empeñadas en derramar mi esperma. Chantal lo notó porque aumentó el ritmo con movimientos muy rápidos que me destrozaban el ojete. Al mismo tiempo Leyre se metía toda mi polla en su boca con un deseo desatado. Finalmente consiguieron que me corriera. Leyre lo notó antes de que saliera el semen y presionó el capullo entre sus labios para no dejar escapar ni una sola gota. Sus labios jugaron un instante con el esperma para acabar tragándoselo todo. Después limpió toda mi polla con su lengua y Chantal salió de mi culo.

Pero la amiga estaba tan excitada, más incluso que Leyre, que me pedió que la follara por el culo. Leyre accedió, pero primero nos tomamos un respiro. Nos tomamos unas copas, pusimos música de fondo y comimos algo. Nos dimos una duchita fría y volvimos a la cama a continuar con lo que habíamos empezado. Para empezar de nuevo tenían que volver a calentarme y para ello Leyre me comió la polla y Chantal me acariciaba el culo y los huevos, que los presionaba para dar más rabo a Leyre. Pero la amiga no podía aguantar el calentón más y se tumbó de lado para que la follara por detrás. Se la metí toda de un golpe, ella chilló de dolor y placer. Chantal gemía y me pedía que la follara más fuerte y deprisa. Yo, obediente, así lo hacía. Leyre estaba acariciando mi culo, introduciendo un dedo y el acné. Entonces estaba follando un culo al tiempo que me follaban el mío. ¡Que inmenso placer sentí! Ayudándome de los empujones de Leyre, enculaba a Chantal con mas fuerza. Ella se retorcía de placer. Gritaba que mi polla le llenaba todo el culo. Cuando más fuerte le penetraba, más placer sentía y más fuerte gritaba. Incluso se corrió en una de esas embestidas brutales. Saqué mi rabo de su culo, me quité el condón y apunté hacia su cara. Leyre seguía dándome gusto en el culo, mientras me acariciaba los huevos y, ayudándome de una paja rápida, me corrí en toda la cara de nuestra amiga. Sus ojos, la nariz y la boca se llenaron de morboso esperma blanco.

Chantal, una amiga liberal de Marta

Como todavía era pronto decidimos irnos otra vez a la discoteca. Bailamos un rato, entre copas, y de nuevo me calentaron con sus roces y manoseos en mitad de la pista. También bailé pegado con las dos, por turnos. Sus cuerpos se rozaban a mí de forma sensual y provocativa. De nuevo me volví a sentir el centro de atención: todo el mundo nos observaba. Era la envidia de los chicos y el deseo de las chicas. Leyre restregaba su espalda contra mi pecho y colocaba una pierna entre mis piernas, siempre intentando rozar mi polla otra vez tiesa. Chantal se atrevía a colocar su pecho contra mi espalda, agarrándome de la cadera y acompañando sus movimientos a los míos. Estábamos ofreciendo un espectáculo sensual a la discoteca. Incluso Chantal, dándose cuenta, empezó a fingir que folláramos. Esto me hizo sentir un nuevo deseo, tal vez el de que nos vieran follando. Yo acompañé a Chantal en sus movimientos, para hacer más creíble la ficticia follada. Entonces un chico se acercó bailando y se unió a nosotros. Chantal se separó de mí y siguió el juego del nuevo. Hablaron algo entre ellos y se despidieron de nosotros. Antes de irse Chantal nos dijo que tal vez podríamos montárnoslo los cuatro… Pero eso sería otra historia. ¿Os imagináis? Más en sensaciones y gustos.

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