Hola soy Jose, tengo 33 años a los 26 años me casé con una mujer de año y medio mayor que yo. Ella es un poco delgada, de pechos pequeños, pero nalgocita y déjenme decirles de que tiene una vagina hermosa y carnosa. Os voy a contar una experiencia que viví en primera persona: Infidelidad con el padrastro.
Resulta que en los primeros años de casados todo era lindo. Nos encantaba hacer de todo en la cama, desde sexo oral vaginal y hasta anal. Después de dos años de casados nació nuestro hijo. Después de eso ella cambió completamente conmigo en la intimidad. Ya nada era igual. Ya no le gustaba hacer todo lo que hacíamos antes. Sólo era lo mismo la penetración vaginal. Pero repetíamos las mismas posiciones: ella abajo y raras beses se me subía.
Yo trabajo a veces de noche y no llego hasta el siguiente día por la mañana. A veces cuando quería hacer el amor con ella me decía que se sentía mal de salud, que tenia dolores u otras cosas. Siempre que le decía que quería hacérselo por el culo me decía de que no porque eso le dolía mucho y que ya no le gustaba. Si seguía insistiendo me decía que ya no hacíamos nada y me daba la espalda.
Un día llegue mas temprano de lo acostumbrado porque yo tenía una cita médica y al parecer a ella se le había olvidado esa cita. Resulta que al abrir la puerta de la casa noté que estaba desordenada y entonces no quise hacer ruido. Me fui caminando hacia mi cuarto y de repente escuché voces, ruidos y quejidos. Todo era tan extraño. Me asomé por una pequeña ventana que tiene mi cuarto y las persianas estaban medias abiertas. Entonces me sorprendí de lo que vi.
Un hombre estaba en mi cuarto desnudo. Era algo gordo un poco de barriga. Me pareció conocida su figura. Estaba de pie ala orilla de mi cama y mi mujer acostada igual. Tenía las piernas en los hombros del él. Estaba follándose a mi mujer, mientras ella gemía. Se quejaba, hablaba entre cortada diciendo que sentía un placer que jamás se imaginó. Que estaba disfrutando de lo lindo. Entonces escuché que de que mi mujer tenía una infidelidad con el padrastro.
Él le decía calla no hables mucho, no te quejes mucho que nos van a escuchar. Y ella le decía, no lo podía. Seguía diciendo todo lo que le gustaba ese polvo, y lo bien que se lo hacía Manuel. Él decía que también estaba rica su vagina, como la de su madre. Pero esta está mas joven, mas jugosa me encanta tu vagina. Lo mas horrible es que ese hombre a veces predica la palabra de Dios mientras lo hacía.
Durante la infidelidad con el padrastro escuché de él que siempre la quiso coger desde que era mas joven, pero nunca tuvo la oportunidad. Así que esta vez no la podía desperdiciar. Y ella le contestó que lo había conseguido por chantajearla, pero que realmente no le gustaba físicamente. Aunque ahora que lo estaba haciendo estaba disfrutando mucho. Que le estaba encantado como la follaba. Y que siguiera dándole, que no parara. Así siguieron follando mientras yo observaba atónito.
Yo me moría de la rabia. Quería entrar y que ellos se dieran cuenta de que los había descubierto. Pero me aguanté y dejé que terminaran. Quería ver hasta dónde eran capas de llegar. La puso a cuatro de lado, con las piernas al hombro de nuevo y ella se le subió. Así estuvieron cambiando de posiciones. Después él le pidió que se la chupara y ella le dijo de que no. No me la mamaba ni a mí ya. Era una de las cosas que ya no le gustaba hacer. Entonces él la volvió a chantajear, que su madre se enteraría de todo. Entonces no pudo poner mas resistencia y se la empezó a mamar. Él balbuceaba lo rico la chupa. Y que no sabía como yo no gozaba de esas mamadas tan ricas.
No pensó que tuviera ese don de mamar tan rico. Le pidió que le dijera lo que le gusta su polla y que le encanta mamar. Entonces ella me sorprendió diciendo que sí, que estaba rica. Se la metía toda, se la sacaba y se la pajeaba. Se la volvía a meter después. Él le dijo que se subiera que ella también tenia derecho a sentir el placer del sexo oral y empezaron a hacer el 69. Así estuvieron un buen rato. Ella gemía y gemía. Gozaba, gritaba y levemente cerraba los ojos diciendo todo el gusto que tenía.
Luego él le dijo que se subiera nuevamente y ella quiso meterse el pene en la vagina. Él le dijo que no, que quería probar por primera vez probar a un culito prieto como el que tenía ella. Le dijo que no, que eso jamás porque le dolía y por eso no me dejaba a mí. Insistió en que se lo hiciera por delante. Entonces él le dijo que se callara y que podía hacer con ella lo que quisiera. La tiró a un lado y la puso al borde de la cama. Le pidió que se agarrara de las piernas y que se abriera. Le colocó una almohada en las nalgas para subirla un poco mas. Entonces se ensalivó la verga y empezó a ponérsela en el culo.
Ella le decía que no que no lo hiciera, incluso de lo pidió por favor. Le suplicó que no se la metiera por el culo, que no le hiciera eso. La vi incluso llorar. Él no hizo caso y empezó a empujar. Ella cerraba los ojos. Se soltó las piernas. Agarró las sabanas con fuerza al sentir lo que le iba entrando hasta que entró toda. No era un pene grande pero si con buen grosor. Ahí se la dejó un ratito para que se acostumbrara. Él le decía que qué rico estaba su culo. Y lo que me perdía yo. Durante esa extraña infidelidad con el padrastro ella lloraba, se mordía los labios del dolor.
Poco a poco él se la iba sacando y la metía lentamente. Ella le decía que le dolía que se la sacara. Él se reía y le decía que yo ni la toca por ahí. Así que no se preocupara, que no me daría cuenta de esto. El muy maldito eso le decía sin saber que yo lo estaba viéndolo todo. A mí se me salían las lágrimas. Tenía ganas de matarlos a ambos, pero no lo hice por mi hijo.
Poco a poco las embestidas en el trasero de mi mujer se fueron cada vez más fuertes. Al parecer el dolor desapareció porque empezó a gemir de gusto. Él le decía que le estaba gustando, que no sabía por qué se quejaba tanto. Que tenía años de no sentir esa sensación de placer. Ella tuvo varios orgasmos. ya que yo sé cuando ella tiene orgasmo por los gestos que hace.
Cuando terminaron él se vistió y le dijo que todo estuvo rico. Que no se preocupara por su madre que no le iba a contar nada. Tampoco se iba a enterar de nada nadie. Me escondí en el cuarto de mi hijo que aun dormía. Escuché que la puerta se abría y se serraba. Yo me quedé pensando muchas cosas de lo que había visto. ¿Qué iba hacer ahora? En unos minutos hice como que acababa de entrar en casa. Cerré la puerta de un portazo. Cuando entré al cuarto ella no estaba en la cama, sino en el baño. Le hablé y ella gritó que estaba bañándose. Cuando salió le dije queóporque se bañaba tan temprano y por qué estaba como nerviosa. Ella dijo que no le pasaba nada que sólo quería lavarse. Que hablaba así como nerviosa por el frío del baño que se le había dado.
En mi mente decía maldita perra, que mentirosa eres. Así que la senté en la cama y le dije que había visto todo. Ella se asustó y trató de asegurar que eran imaginaciones mías. Yo le dije había visto como tenía infidelidad con el padrastro, que lo había visto todo. Cómo me pudo hacer eso. Ella empieza a llorar, a pedirme perdón y me dijo que lo había hecho por su madre. Que todo lo había hecho por ella, para ayudarla, para salvarla y me confesó otra cosa: que se había reservado para mí. Entonces me separé de ella. Entonces insistió que volviera. Le dije que no. Insistió. Y nos separamos
De vez en cuando llego a casa a ver a mi hijo y me encuentro muchas veces al padrastro. Ella no dice nada. Sólo agacha la mirada. Así que agarro a mi hijo me lo llevo a pasear. Seguramente al quedarse a solas siguen follando. Pero ella me suplica que vuelva. Yo quiero saber que que me aconsejan ustedes lectores. ¿Qué hago? Sería justo que vuelva con ella y estar viviendo así con ella. Yo pienso que ella sigue teniendo infidelidad con el padrastro con él por salvar a su madre. Espero sus consejos. Yo la amo pero no sé que hacer.
