
Llevaba un par de años sin quedar con ninguna chica. Entre la pandemia y la traumática separación con MarÃa Ramos, últimamente pocas alegrÃas le habÃa dado al cuerpo. Aunque os recuerdo que yo estuve presente en la mayorÃa de secretos Ãntimos que ella contó en la web. Pero todo cambió, porque tuve una noche de sexo frenética. ¡Os la cuento!
Contenidos
Lo deseaba desde hace 2 años
A decir verdad tuve una alegrÃa justo antes del confinamiento. Os la cuento en 4 polvos y 15 orgasmos. Desde entonces lo único que hacÃa era trabajar y estar en casa. Pero sà tenÃa mis amigas por internet y con una ellas tenÃa ganas de quedar desde hace 2 años. Cuando me lo propuso me llevé una tremenda alegrÃa: lo estaba deseando.
Mi primer viaje en época de covid
Quedar a finales de mayo ya era bastante seguro. Aun asà fue mi primer viaje durante el covid y me dio un poco de vértigo. Pero salió todo bien. Fue a esperar a la chica a la estación de autobuses. Luego dimos una vuelta por el paseo de la playa y en menos de 20 minutos estábamos en la habitación que habÃa contratado para pasar la noche.
Rompiendo el hielo
Era la primera vez que nos veÃamos cara a cara, ya que durante el camino Ãbamos con la mascarilla puesta. No quise lanzarme a sus labios, porque tenÃa pensado un plan para desearnos durante la noche. Cenamos, bebimos un poco de sangrÃa y preparé una sorpresa picante. Se trata del juego erótico de dados, y le pusimos una tercera tirada: el tiempo. Asà poco a poco fuimos poniéndonos a tono.
Me encantó cuando me mordió los labios y nos enrollamos por primera vez. Fue algo que llevaba esperando durante mucho tiempo y lo disfruté mucho. También nos hicimos cosquillas y nos besamos en zonas privadas y muy intimas. Un detalle que no he comentado, es que tenÃa la regla, por lo que en lugar de ir a la vagina directamente, jugaba con besar y lamer alrededor, centrándome en otras partes que también son erógenas, como la ingle o el vientre.
Jugando con los culos
Le estuve besando por detrás, en los cachetes del culo, que por cierto lo tenÃa divino. Era grande, redondo y bien prieto. Luego su cintura se estrechaba, para luego agrandarse en el pecho, dándole unas formas muy sensuales. Su piel era perfecta. Me excito muchÃsimo acariciarle por todo el cuerpo, en especial cuando la veÃa contonear su cuerpo, arrastrada por el placer. Y cómo se mordÃa los labios. Su rostro reflejaba toda la pasión que llevaba dentro.
Como yo le habÃa lamido el culo, hablamos sobre si le molarÃa a ella hacerlo. No lo habÃa probado nunca, pero le entró curiosidad. Primero me hizo cosquillas, como es habitual en mÃ. Pero una vez tenÃa el ano húmedo, entonces pudo introducir su lengua sin que me diera cosa. No estuvo mal, aunque tampoco sentà mucho placer. Incluso me llegó a meter un dedo, cosa que nunca habÃa experimentado. Y la misma sensación: curiosamente no sentà nada.
Ella comentó que mi culo no sabÃa a nada. Le resultó curioso, ya que normalmente esa zona deberÃa tener un sabor algo más intenso que la polla, por ejemplo. Pero no. Y eso que trató de buscarme el punto G, la próstata o la zona erógena masculina que se encuentra en la parte superior de la entrada del recto.
Luego me volvà a lanzar sobre su culo. Esta vez me humedecà los labios y se lo humedecà bien. Ella querÃa que la penetrara por detrás. Pero no pudo ser. TenÃa un culo muy pequeño, como una canica. Conseguà meterle. un dedo, pero ya sentÃa la presión. Cuando traté de introducirle un segundo dedo, notaba como la entrada del culo no se dilataba mucho y ella sintió dolor. Por lo que lo dejé para otro dÃa…
La mamada de lado y corrida en la boca
Ella me comentó que habÃa estado con chicos que le habÃan pedido garganta profunda. Lo hizo, pero cuando se la metÃa entera le daba en la garganta y le entraban nauseas. Entonces yo le propuse que no dejara que el glande golpeara su campanilla, sino que la girara un poco dentro de su boca, para que golpeara contra un lado de su garganta. Estuvo practicando conmigo y parece que aprendió bien a hacer mamadas hasta el fondo.
En una de esas mamadas de tantas, ya que estuvimos hasta las 4 de la madrugada dándole que te pego, acabé corriéndome en su boca. Me gustó mucho cuando sacaba la lengua esperando el semen y rozaba el glande, mientras me pajeaba sobre ella. Sin embargo no le gustó tanto el sabor del esperma, porque lo notó demasiado ácido. Tal vez para la próxima vez coma cosas dulces, ya que eso es algo que le encanta y conmigo no pudo disfrutarlo bien.
Noche de sexo con posturas distintas
Por supuesto también follamos. Hicimos el tÃpico misionero, con las piernas de ella sobre mis hombros, a cuatro patas, encima de mÃ… Probamos todas las posturas que pudimos en una cama que crujÃa alertando a todos los del edificio de que serÃa una noche larga. Pusimos música aleatoria para disimular un poco ese ruido feo y sonó Noche de sexo, que se convirtió en nuestra banda sonora particular.
Cuando tengo sexo con una mujer, lo que más me preocupa es que llegue al orgasmo. Con ella me costó mucho. TenÃa que estar durante mas de 1 hora dándole con todas mis fuerzas, y aun asà habÃa veces que se salÃa mi polla o decÃamos de cambiar de postura, cuando perdÃa toda la excitación y tenÃa que volver a empezar desde el principio.
Le pedà que me dijera el nivel de excitación. TenÃa que darle intensamente durante mucho tiempo para pasar de un 5 a 6 y más arriba. Cuando llegaba a 9 tenÃa que seguir dándole caña, y mas fuerte. Cosa que era realmente complicado. Llegamos a follar sobre 30 veces en toda la noche. Y de todas esas veces, sólo conseguà que llegara 1 vez al orgasmo de esa forma. Y ayudando con la estimulación del clÃtoris.
Lo estuvimos hablando más tarde. Yo no tengo problema en aguantar horas y horas follando. De hecho estuvimos sobre 5 horas follando y no llegué ni a contener la corrida. Sin embargo me lo tomo con calma y ella habÃa estado con hombres que le embestÃan mas duro. Eso sÃ, luego tardaban menos en correrse. Eran más directos. Conmigo también disfrutaba, pero para llegar a ese clÃmax me hizo sudar de lo lindo. Fue una noche de sexo bien intensa.
Sexo oral para compensar la noche de sexo
Como he dicho anteriormente, me preocupa que las chicas no lleguen al orgasmo cuando están conmigo. Por lo que con ella tenÃa que pensar cómo hacerla disfrutar. En un momento dado traté de hacerle fisting vaginal, pero entonces descubrà que era más de clÃtoris. A pesar de que saqué el puño lleno de sangre, mis ganas de hacer disfrutar eran tantas, que me puse a lamerle el clÃtoris.
Entonces vio las estrellas. Mi lengua subÃa y bajaba por su clÃtoris, recorriendo todas sus terminaciones nerviosas especialmente sensibles para ella. También me lo metà en la boca y absorbÃ. El subidón de excitación que sintió fue brutal. Lo noté de nuevo viéndola retorcerse de placer. La visión de las curvas de su cuerpo levantándose sobre la cama y esa expresión de placer fue genial. Para mà ese momento fue el mejor de la noche.
Aunque el sexo oral para llegar al orgasmo tampoco fue sencillo. TenÃa que estar más de 1 hora dándole que te pego, absorbiendo, mordisqueando y besando sin parar, hasta que el nivel de excitación le llegaba a 9 y al ansiado 10. Incluso llegué a tener un hilo de sangre de mi barbilla a su coño. Me sentà como un vampiro del sexo, dando gusto al tiempo que la sangre fluye… Pero eso mejor leerlo en La pesadilla del Diablo. Asà se corrió 2 veces más. Por cierto, ella también cuenta su versión de la historia. ¡Disfrutadla!
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Soy la pareja liberal de MarÃa Ramos y además de ser cómplice de todas sus experiencias sexuales, también tengo mi propia visión y descripción de las experiencias.