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Sexo prohibido detrás del telón

Sexo prohibido detrás del telón

En esta ocasión os cuento como tuve sexo prohibido detrás del telón. Fue algo peligroso y excitante, de la serie de relatos eróticos Recuerdos de placer. Fue aventuras que he vivido a lo largo de mi vida, que me han hecho descubrir, sentir el placer de la carne… con un toque prohibido de exhibicionismo.

Era un día de prácticas comunes en la academia, rutina básica como cualquier otro momento. Practicábamos las danzas para las presentaciones bien sea en obras teatrales como en coreografías organizadas por la academia para cualquier espectáculo. Puedo observar que hay un chico nuevo y me llama la atención por su físico, formas deseadas y ensueño convertido en 1.80 m de estatura, ojos que resaltaban el escenario y podía verme reflejado en ellos; su tez pálida impresiona descendiente de Europeo, delgado dónde la camisa podía quedarle ancha sin problemas.

Daba la sospecha de heterosexualidad hasta el tuétano, un chico muy abierto, espontáneo y gracioso de esos que contagia la buena vibra. Sin embargo no intentaba ni explorar con heterosexuales por experiencias muy desagradables. En un intento un chico solo quería cogerme pero no quería que yo se lo hiciera, no me convencía eso y tuvimos muchos inconvenientes.

Yo venía de relaciones insatisfechas en el sexo, me sentía muy creativo para ellos y decepcionaban. Usar juguetes, masturbadores y esas cosas. El beso negro y ahorcarnos, mi locura no podía contagiarla. Buscaba con quien saciar aquello que solo ubico en mi galaxia.

Sin embargo con el tiempo compartimos más intimidad en los camerinos, duchas, los cambios de ropa etc. pero como «hombres» cosa normal y no quería mantener nada de pensamientos diferentes hacia él. Pero el camerino si fue testigo de algunas ocasiones, en las duchas disfruté hacía un tiempo con un chico, casi nos descubrieron pero nadie se enteró.

Después de cambiarnos y eso yo me fui a estirar en la parte trasera del teatro, él me llegó a donde estaba, me sorprendió. Me comentó que buscaba con quién hablar y mientras hablábamos nos ayudamos a estirar. La cosa se puso tensa. Estiraba de piernas y sentí su mano por mis muslos, la espalda me erizó. Me estiraba hacia adelante y pude sentir el olor del perfume suave que utilizaba, mientras estaba cerca de su entrepierna. Creo que empezaba a sonrojarme. Cuando lo ayudé a estirar no pude evitar estrechar mis manos contra su espalda dura, con sus hombros anchos y estar tan cerca que sentía cosquillas en el abdomen, fue mágico.

Sexo prohibido detrás del telón

Pensaba que estaba haciendo un amigo, pero dudaba que él quisiera solo eso, aún me confundía su orientación y trate de despedirme de la esperanza. Aun así no podía dejar de pensar en él cuando me tocaba y sentir nuevamente esas manos en mi cuerpo. Manos que podían pasar por mi cara y mi abdomen. Solamente lo soñaba y acababa en su nombre.

Me invita un día para su casa después de la función, iríamos un pequeño grupito de personas para celebrar. Hasta que me convenció y acepté. Una reunión con un poco de alcohol, una ambiente de éxtasis, buena música y llegaba el momento de irse a dormir. El mejor momento de todos. Estoy acostado y se acerca a la habitación en ropa interior, pienso que me dio mucha vergüenza pero me dijo que no podía dormir y se sentó para charlar un rato.

Momento de tensión cuando empezamos a rozar manos, se acostó a mi lado y pasó lo que tenía que pasar. El roce de cuerpos, la excitación, el besuqueo, como me lo imaginaba el sexo prohibido detrás del telón. Sus manos suaves.

Podía sentir la almohada en mi boca para disfrutar poco a poco del placer. Corregía las posiciones para penetrarlo y que chocáramos cuan dos mundos que forman nuevas estrellas. Obteníamos el placer con cada gota de sudor que besábamos. Éramos amigos tan íntimos que lo callaba con mis dedos en su boca. Sentía apretado por todos lados, disfrutando cada momento que mis ex’s no pudieron hacerme llegar.

La lección placentera es el umbral de la desdicha cuando se hace imposible trascender como el deseo lo impone. La despedida fue inevitable, pasaron semanas de esa encuentro, pero solo fue eso, el amor estaba, pero corrió detrás de su vuelo. Se fue junto a su familia, semanas después de enamorarnos y de comprender lo real de una persona. Así dejó lo mucho que construimos en tan poco. Encuentros fugaces que marcan la sensación de ser correspondido por una persona. El sexo prohibido detrás del telón y el amor, no podía pedir más.

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