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Trío en el coche

trío en el coche

Acto seguido no se por qué, en vez de hacerme una paja, me los imaginé vistos desde fuera, como si yo fuera un mirón cualquiera. No me lo pensé, me salí del coche con toda la calor y comencé a mirarles desde fuera.

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Me puse en las ventanillas traseras y los miré por detrás de las cortinillas. Era aun mas morboso, entonces sí que no me pude reprimir y me saqué la polla que para ese momento estaba como una piedra. Empecé a machacármela como un poseso. Ellos cambiaron la postura. Ella se puso de rodillas en el asiento, de espaldas a mí desde donde yo estaba. Daniel se colocó de rodillas también entre ella y yo. Con la clara intención o de metérsela en culo o de seguir dándole a su coño desde atrás. El caso es que entre el calor y que no podía ver nada decidí meterme otra vez en el coche.

Que alivio de repente, del calor mas extremo a las tres y algo de la tarde, al fresquito mas delicioso. Yo sudaba como un condenado, ya dentro ellos seguían a lo suyo. Finalmente el objetivo de la polla de Daniel era su coño y en ello estaba cuando ella se corrió. Fue una larga corrida o varias cortas no sabría decirlo con exactitud. Mi mujer no era multiorgásmica (por lo menos hasta ese día) por lo que me decanto por lo primero. Eso a él no le paró lo mas mínimo. Seguía bombeándole sin parar. También quería su corrida. En poco tiempo Carmen estaba de nuevo lista y disfrutando lo suyo. Incluso le pidió que se corriera dentro de ella, cosa que no me importaba porque estaba operada para no procrear mas. Él, en cambio, sin pensárselo se la sacó de un golpe. Ella se lamentó con un tono muy sensual, pero Daniel no le dio tiempo apenas de terminar de hacerlo.

Abrió de nuevo sus nalgas con ambas manos y dejó caer en su culo un hilo de saliva. Ella lo entendió en seguida, ensalivó también su polla con unos leves masajes y apuntó su al culo de mi esposa. Ella se quedó completamente quieta, esperando que la ensartara por detrás. Giró su mirada hacia mí. Sin hablar me dijo claramente solo con los labios, «te quiero» y me tiró un beso. En ese momento cerró los ojos, en un claro gesto de dolor y gusto. Como yo la estaba mirando a ella no me di cuenta, pero cuando giré la cabeza hacia su culo, Daniel ya le había metido todo el glande, por eso el gesto de dolor. Continúo poco a poco hasta que la mayor parte de su polla desapareció en el culo de mi puta esposa.

De nuevo gire mi mirada hacia ella, tenía aun los ojos y la boca apretados en un claro gesto de mas dolor que de gusto. Eso a él no le importó nada y para que mentir a mí menos aun. Estaba tan pendiente de los dos que apenas me la meneaba, ella le pidió que parase, que la tenía muy grande y sin lubricante le dolía, pero la muy puta sabiendo la diferencia de tamaño entre la mía y la de Daniel, soltó un:

Carmen: ”Daniel sácamela despacio y tu cariño ahora es turno, llena el hueco que él va a dejarme. Tranquilo Daniel tú aun no as terminado.

Trío en el coche

Era evidente que quería que le dieran por el culo, pero el cacharro de Daniel era demasiado para ella en esas condiciones, así que me pasé como pude detrás de ella, me ensalive mi «cacharrito» y poco a poco se la fui metiendo. Aquello parecía el camarote de los hermanos Marx. En el hueco que quedaba entre ella y la ventana se sentó Daniel, al ser ella bajita, yo también y Daniel más alto pero no mucho más. Cambiamos todos lo suficientemente bien como para que yo la pudiera follar por el culo y ella a su vez comenzara una mamada a la polla de Daniel.

Yo no tardé en correrme y ella menos aun. Lo hice dentro de su culo. La leche le chorreaba. Lo tenía muy abierto. No me costó nada metérsela, pero Daniel con el corte de rollo anterior y su aguante natural aun no había llegado al orgasmo, cosa que ella se dispuso a solucionar rápidamente. Como yo había terminado, pasé a la parte delantera de nuevo. Ella se sentó sobre él y se la volvió a meter de un golpe,dentro de su coño otra vez.

Carmen: “Daniel, córrete dentro como te pedí antes, ni lo dudes.”

Daniel: “Sí, pero esta vez no pararé, sólo pensaré en correrme yo.”

Carmen: ”Bueno tu córrete y ya está.”

Daniel no tardó en bufar como un toro. Yo les miraba atentamente con mi polla aun en la mano y meneándomela. Veía como aquello entraba y salía de su coño, como de su culo aun salía algo de mi leche que se depositaba en sus huevos y parece que los dos nos pusimos de acuerdo. Daniel se corrió como ella le había pedido, con la polla aun dentro, la eche salía de su coño, corría sobre la polla de él hacia abajo. Él seguía aun bombeando y parecía que nunca pararía de salir leche. Empezaron a hacer un ruido a pringoso y ya no pude mas: me corrí de nuevo. Ella se salió de él, se agachó y empezó una limpieza de polla en toda regla.

Sacó rápidamente de su bolso unos clínex que usó para limpiarse el coño como pudo. Por cierto para no tirarlos extendió la mano y me tocó a mi tirarlos abriendo un poco la puerta del coche. Ella siguió rápidamente limpiando con su boca todo rastro de leche que hubiera en Daniel. No dejó nada. Cuando ya hubo terminado, se dirigió a mí y me dijo: “¿no te habrás limpiado no?” Avanzo su cabeza desde atrás y me miró, yo aun me estaba limpiando con otro clínex. Al ver que me había limpiado me dijo, “tú te lo pierdes por tonto”, ahora habría sido tu turno y se sentó de nuevo en el asiento de atrás, esta vez relajadamente se reconpuso la ropa un poco. Daniel hizo lo mismo y yo también me guardé en ese momento mi ya «cacharrito» . Tras unos minutos ella dijo:

Carmen: “Necesito lavarme bien y ponerme mi ropa interior.”

Yo: “como estamos en un área de servicio, tú podrías entrar al servicio, nos tomamos un refresco y continuamos hacia Málaga de un tirón.”

Carmen: “Perfecto.»

Daniel: “Lo mismo digo, pero yo conduzco y pago los refrescos.”

Así lo hicimos. Movimos el coche hasta el restaurante. Carmen se limpió y puso su ropa interior, nos tomamos un refresco y continuamos ya hasta Málaga, sin mas que contar sobre el viaje.

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