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Trío con un extraño

Trío con un extraño

Desde el momento que Julio se le puso en mente jugar con otras personas, no dejó de maquinar para verme en situaciones morbosas. Me dijo de quedar con uno del chat. Como quería contentarlo lo máximo posible, le dije que sí sin dudarlo, pero me sentí un poco rara al no saber nada de la persona con la que quedamos, al ser él quien lo buscase.

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Se metió al Terra y quedó con uno, el primero que le habló, sin preguntarle ni el nombre, ni la edad, ni nada. Sólo si tenía coche porque ninguno de los dos teníamos, y como tampoco teníamos sitio, necesitábamos uno que tuviera coche para tener sitio.

Trío con un extrañoQuedamos en las afueras de la ciudad, como antiguamente hacía yo sola, pero en esta ocasión me acompañaba mi novio. El hombre tendría sobre por lo menos 45 años, era gordo, calvo y bueno, muy salido. Fuimos a un descampado donde iban parejas en coche a hacerlo. No fue llegar y cargar, sino que nos quedamos charlando tranquilamente. Yo, no sé por qué, pero me bloqueé. Alguna vez había quedado con algún hombre así, incluso mayor que éste y peor físicamente, pero no me esperaba esta situación con Julio. Me hablaba, me preguntaba cosas de sexo, y yo me empecé a sentir incómoda y encogí la cabeza entre los hombros.Estuvimos así por lo menos una hora. Tuvo que ser mi pareja quien me colocara en la parte de atrás del coche, en medio de los tres asientos. Colocándose uno a cada lado mío, empezaron a meterme mano. Al principio me quedé parada, pero según notaba la mano de Julio dándome placer en mis zonas sensibles, empecé a ponerme cachonda, y al cabo de una media hora me sentí completamente excitada y me desmelené. Los cogí a ambos y los besé con pasión. Como me seguían metiendo mano, me subí el jersey y sujetador, dejándome las tetas fuera para que pudieran tocar sin tener que apartar la ropa. Me puse como una moto y coloqué mi mano sobre las braguetas, apretando con deseo.

 

Trío con un extrañoDespués de un comienzo bastante desagradable, la situación se volvió muy morbosa. Sin embargo cuando tocaba a mi pareja me moría de gusto y cuando tocaba al otro me cortaba. No sé si sería por no coger confianza, por no haberlo elegido yo o simplemente porque aunque me pueda dar morbo personas mayores, realmente no me atraen. Pero claro, como estábamos haciendo un trío, no podía dedicarme a uno y a otro no, y como me apeteció comérsela a mi chico, también tuve que comérsela al hombre. Mientras se la comía a uno el otro me metía la mano en el pantalón para acariciarme la vagina, y al revés, de forma que me entró un calentón monumental que me hizo hacer la mamada con mas ansía. La comía como una loca, primero a uno, mientras pajeaba a otro, luego al otro.

Trío con un extrañoSiempre, cuando se la hacía al hombre, el calentón bajaba, pero aun tenía suficiente para seguir. La tenía pequeña y no se le habría el glande del todo. Además, con mi pareja siempre tenía que llevar cuidado de no clavarle los dientes ni jugar demasiado por su glande, ya que le molestaba. Pero acabé pasándomelo genial. Me quite la ropa de arriba y permití que se corrieran en mis tetas. Me encantó. Fue genial. Además del morbo de notar el fluido calentito sobre mi cuerpo. Estaba tranquila completamente porque con el semen por esa parte de mi cuerpo sé que no podría contraer ninguna enfermedad de transmisión sexual, que es lo que mas me preocupa de hacerlo con un extraño. Y, en esa situación, otra de las cosas que me daba morbo, fue que al estar en un descampado con otros coches al rededor, pensar que otra pareja pudiera vernos me daba un plus. Pero debido a mi incomodidad con el hombre, no quise bajarme los pantalones y permitir que me practicaran sexo oral o que me follaran. Así que cuando se corrieron sobre mí terminamos. Fue un morboso trío con un extraño.

Nos limpiamos con toallitas mojadas. Dijimos de volver a quedar, pero para la próxima vez con una amiga del hombre, en un hotel, para hacer un cuarteto. Yo, iba a contarle a Julio mi incomodidad del principio, pero al ver que se ilusionaba al poder estar el con otra chica, decidí callármelo para no estropearle el plan. Pero eso ya lo contaré en el próximo post. Cuatro en un hotel.

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